Vida, libertad y presión migratoria

Por Luis Peral, Investigador del Programa de Paz y Seguridad de FRIDE (FRIDE, NOV/05):

En el entorno de las dos ciudades que son frontera terrestre entre África y Europa se ha vivido en los días pasados una tragedia humana intolerable, una tragedia que además no parece tener carácter coyuntural. Su trasfondo es la imposibilidad práctica de acompasar la necesidad de atraer inmigrantes que tienen hoy la mayoría de las sociedades desarrolladas, incluida su economía sumergida, y la voluntad de emigrar de los ciudadanos de países en desarrollo. Pero algunas de las personas –el número en este caso no importa- que saltan la valla fronteriza en Ceuta o Melilla, o a quienes se les impide saltarla, huyen de la persecución en su país de origen y tienen por tanto derecho a la protección en un país seguro.

Marruecos, tal como ha puesto de manifiesto Médicos sin Fronteras, ha abandonado en medio del desierto a cientos, tal vez miles, de personas que no han logrado saltar la valla, o que han sido devueltas a su territorio por España. Esa situación no es nueva, pero desde finales de septiembre ha aumentado, hasta alcanzar los 600 kilómetros, la distancia que separa el lugar en que las personas son abandonadas y los primeros lugares poblados. En ese desierto marroquí o saharaui, argelino o mauritano, lejos de ningún lugar y sin provisiones, corren peligro inminente la vida y libertad de quienes han sido abandonados a su suerte.

Leer artículo completo (PDF).