Vigésimo aniversario del Partnership for Peace

En 2014 se cumple el vigésimo aniversario del conocido como Partnership for Peace (PfP), un programa de cooperación bilateral entre la OTAN y los veintidós países integrados en el llamado Euro Atlantic Partnership Council. El lanzamiento de este programa supuso un hito en la historia de la Alianza, puesto que materializaba en la práctica el nuevo marco de cooperación Este-Oeste surgido tras el desmembramiento de la antigua Unión Soviética. En la actualidad, participan en este programa las repúblicas ex soviéticas –Rusia incluida- países de la antigua Yugoslavia, así como Austria, Irlanda, Finlandia, Malta, Suecia y Suiza. La mayor parte de los países del Este de Europa que estuvieron bajo la influencia soviética también formaron parte del PfP en su momento, pero en la actualidad ya están completamente integrados en la OTAN. Hay que decir, finalmente, que participar en el PfP no implica necesariamente una futura integración en la Alianza, sino que se trata de un programa abierto que posibilita la cooperación bilateral entre la organización y el país participante, siendo este último quien decide en última instancia las áreas en las que quiere involucrarse.

El PfP sirve al propósito general de lo que se conoce como seguridad cooperativa, un concepto más difuso que la tradicional defensa colectiva, pero que cada día cobra más importancia cuando se trata de afrontar situaciones de seguridad internacional con un importante componente de incertidumbre. En la práctica, el PfP ofrece a los países participantes la posibilidad de involucrarse en actividades relacionadas con política de defensa, cooperación militar, planeamiento civil de emergencia, cooperación científica o protección medioambiental, entre otras. En muchos casos, estas actividades constituyen un apoyo directo a la mejora de las estructuras de defensa y a la modernización de las fuerzas armadas de dichos países.

Los retornos del PfP también son importantes. Al igual que otros programas de cooperación en el marco de la OTAN, el PfP ha servido para que la organización aporte transparencia y genere confianza más allá de sus ámbitos de actuación tradicionales. Este último aspecto es clave a la hora de gestionar equilibrios basados en la disuasión, puesto que tan importante es mostrar determinación en cuanto al uso de la fuerza como evitar ser visto a modo de amenaza indiscriminada. Así, uno de los resultados más visibles ha sido la participación de los países socios (partner countries) en operaciones de la OTAN. En particular, han sido de extraordinaria importancia los apoyos a la International Security Assistance Force, en Afganistán, durante más de una década, ya sea en cuanto al despliegue, sostenimiento e incluso participación en la propia operación militar. Aparte de los resultados visibles, también hay que señalar otros no tan evidentes. Efectivamente; el PfP ha sido determinante a la hora de contribuir al establecimiento de relaciones amistosas entre los propios países participantes, todo ello en un momento muy delicado de su historia. A este respecto, hay que recordar que los fracasos en asuntos de seguridad son siempre visibles, pero los éxitos pasan a menudo desapercibidos.

Cualquier programa de cooperación internacional que cuente con una amplia aceptación, como el PfP, es ya de por sí un éxito. Ahora bien, hay limitaciones estructurales que son difíciles de superar. Las especiales relaciones con (y entre) Georgia, Ucrania y Rusia, por ejemplo, han requerido el establecimiento de programas de cooperación paralelos e individualizados. Además, en algunos casos, existen intereses contrapuestos que no es posible conciliar sólo a través de programas de cooperación. Finalmente, la importancia estratégica de los países socios no es eterna, mientras que las limitaciones en recursos sí que suelen serlo. En este sentido, mientras que el principal contribuyente de la Alianza mira ya claramente hacia Asia-Pacífico, cabe preguntarse si los países europeos estamos interesados en mantener este mismo marco de cooperación, con costes per cápita añadidos, o si por el contrario es conveniente fundar uno nuevo. En cualquier caso, muchas felicidades al Partnership for Peace en su vigésimo aniversario, todo un ejemplo de herramienta eficaz al servicio de la seguridad cooperativa.

Miguel Peco Yeste, Doctor en Seguridad Internacional.

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