Vulneraciones

La definición de vulneración es transgresión, quebranto, violación de una ley o precepto y también daño o perjuicio. El asesinato se define como «crimen alevoso o premeditado». ¿Es lo mismo una vulneración que un asesinato? Para el Gobierno vasco, sí. Para el Gobierno vasco, en su perversa y manipuladora tergiversación del lenguaje, los crímenes de ETA son «vulneraciones del derecho a la vida» y no sólo eso, sino que son equiparables a las causadas por las Fuerzas de Seguridad, por las de autoría confusa y por «otras», hasta el extremo de reunirlas a todas en un mismo informe cuya finalidad es, según los autores, «contribuir a la tarea colectiva de un reconocimiento que debe llegar a todas las víctimas guiado por el principio de igualdad y no discriminación».

¿Qué quiere decir igualdad y no discriminación entre víctimas? ¿Es lo mismo un asesinato premeditado y alevoso perpetrado en el marco de una estrategia de terrorismo organizado a largo plazo y con una finalidad política que los homicidios o muertes violentas ocurridas en enfrentamientos muchas veces en defensa propia? ¿Es justo poner bajo el dedo acusador precisamente a quienes más han sufrido en carne propia los ataques del terror? ¿Es necesario mezclarlos a todos de tal modo que se diluya la responsabilidad de quienes han asesinado a cientos de personas y generado durante décadas un opresivo clima de miedo y falta de libertad en el País Vasco?

Para el Gobierno vasco sí es necesario. Es imprescindible. Es la forma de conseguir que la maldad, el dolor, la extorsión, la crueldad sin límites de la banda que nos ha asolado, tenga una justificación institucional al ser sus «acciones» consecuencia o correlativas a la «violencia» del Estado. Se puede entender que un Gobierno nacionalista actúe de este modo, puesto que históricamente los nacionalistas siempre han considerado que el terrorismo de ETA tiene un fin político cuya esencia comparten. Sin embargo, resulta incomprensible el silencio del Gobierno. Su tolerancia y pasividad están contribuyendo a que se asiente esa visión equiparadora que inventa contextos falsos y diluye, en un magma de eufemismos y acepciones distorsionadas, la realidad de la historia reciente del País Vasco.

No basta con declaraciones de un día. Es imprescindible establecer un plan -como han hecho ellos- para responder con claridad y contundencia, para desmontar las falsedades e impedir que desde instancias públicas se promueva la idea de que ETA ha cometido vulneraciones al mismo nivel que el Estado, de que en el País Vasco ha existido una violencia política de acción-reacción, bidireccional y con similar grado de culpa en el daño causado. Es simplemente intolerable que este planteamiento devastador que aniquila el valor del sacrificio, de la lucha en la que tantos inocentes han caído, sea el que finalmente prevalezca oficialmente en el País Vasco. Sin embargo, así será si frente a la mentira y la manipulación sólo se muestra indiferencia y resignación ante un mal que se considera menor.

Ana Velasco Vidal-Abarca es hija de Jesús Velasco, asesinado por ETA en 1980, y de Ana María Vidal-Abarca, fundadora de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT).

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