Introducción |
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Por la información de que disponemos, el arte aqueménida estaba al servicio del imperio. Las obras se ejecutaban por orden del rey como testimonio y exaltación de su poder. Desde la arquitectura hasta las piezas más pequeñas, el arte se ve obligado a satisfacer las exigencias del rey en todos y cada uno de sus ámbitos, desde el religioso hasta el privado. Los funcionarios de alto rango de la corte, situados directamente por debajo del rey dentro de la organización jerárquica, eran los encargados de trasladar la ideología del imperio al ámbito artístico. Los artesanos encargados de elaborar las obras de arte provenían de distintas satrapías del enorme imperio. Aunque escasa, también se tiene alguna información sobre la vida cotidiana de la población. En aquel tiempo las viviendas se construían con adobe secado al aire y, ante las pocas expectativas de encontrar hallazgos de interés en las zonas residenciales, en muchas ocasiones éstas no han llegado a excavarse siquiera. Los excavadores se concentraron mayoritariamente en los palacios, templos y arsenales, así como en las casas del tesoro, archivos y bibliotecas. Las excavaciones de panteones han dado como resultado hallazgos igualmente interesantes. Como objetos cotidianos destacan principalmente las cerámicas de uso doméstico, las herramientas de los artesanos y distintos tipos de armas, objetos que, aunque sí son importantes desde un punto de vista etnológico, presentan un valor histórico-artístico relativamente pobre. |
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