¿Puede la ASEAN convertir en oportunidad la disrupción geoestratégica y tecnológica?

¿Tiene la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) fortaleza suficiente para prosperar en medio de las transformaciones regionales y globales de la actualidad? Aunque la expansión generalizada de la economía global no se detiene, fuerzas económicas, geoestratégicas y tecnológicas disruptivas pueden poner en riesgo los avances logrados en años recientes por la ASEAN. Para sobrevivir, sus miembros deben tomar importantes decisiones sobre el papel que la comunidad que forman tendrá en los asuntos regionales. Si eligen bien, la región puede convertir la disrupción en una oportunidad para un futuro sostenible.

En las últimas cinco décadas la ASEAN dio un giro impresionante. Una región que en los sesenta estaba sumida en la turbulencia, la falta de armonía y el subdesarrollo hoy es comparativamente un lugar de paz y éxito económico. Esto es en buena medida mérito de los países de la ASEAN, por sus esfuerzos para la creación de lazos comunitarios. Pero la región también recibió un fuerte impulso de la arquitectura y las instituciones internacionales de la posguerra, que promovieron el ingreso de inversiones y el egreso de exportaciones.

Hoy este contexto global atraviesa una profunda transformación. Los beneficios del comercio internacional libre y abierto están en entredicho, hay cuestionamientos a las instituciones internacionales, nuevas potencias geopolíticas están en ascenso y –con altibajos– la economía global sigue inclinándose a favor de los mercados emergentes. Todo esto crea una oportunidad para el surgimiento de nuevas visiones alternativas respecto de la organización y la marcha de los asuntos mundiales.

Además de la creciente incertidumbre geopolítica, los países de la ASEAN deben hacer frente a la Cuarta Revolución Industrial. El desarrollo exponencial de tecnologías como la inteligencia artificial, la robótica avanzada, la medicina de precisión y los vehículos autónomos está transformando las economías, las empresas y las sociedades.

Los miembros de la ASEAN sentirán muy intensamente los efectos de la Cuarta Revolución Industrial. Piénsese en el futuro del empleo. La población en edad de trabajar del bloque crece a un ritmo de 11 000 personas al día, y lo mantendrá por los próximos quince años. Esta expansión demográfica se da en un momento en que la automatización inteligente y la IA sustituirán muchos de los empleos actuales. Habrá presión sobre los sistemas tributarios dependientes de los ingresos del trabajo y dificultades para los presupuestos nacionales, justo cuando los miembros de la ASEAN deben aumentar la inversión en reentrenar a las fuerzas laborales y desarrollar infraestructuras para esta nueva era.

Piénsese si no en el futuro de las manufacturas. Tecnologías como la impresión 3D y los robots industriales baratos ahora permiten una producción en pequeña escala con alta personalización, en vez de la fabricación de bienes uniformes en grandes lotes. El paso de cadenas de suministro globales centralizadas a sistemas de producción localizados puede afectar seriamente los ingresos de las exportaciones de la ASEAN y las inversiones de las que depende.

Ante estos cambios disruptivos, la ASEAN debe fortalecer sus vínculos comunitarios. En lo económico, se puede aumentar la resiliencia regional mediante la creación de un auténtico mercado común: la ASEAN tiene 630 millones de ciudadanos, cuyo poder de gasto crece a gran velocidad. En esto será esencial la plena implementación de la Comunidad Económica de la ASEAN. Con el respaldo de un fuerte mercado regional, la ASEAN podrá guiar su propio destino económico, en vez de depender de la demanda de los mercados externos, y estará más protegida contra posibles shocks proteccionistas.

Un elemento crucial será la creación de un mercado de servicios unificado. En esto, sobre todo, los miembros de la ASEAN deben responder a la Cuarta Revolución Industrial, encarando cuestiones como la armonización de las reglas referidas al uso de datos. Las nuevas tecnologías –incluidas las plataformas digitales, el análisis de macrodatos y los servicios basados en la nube– no reconocen fronteras nacionales, y funcionan mejor a escala. Un único mercado digital permitirá a la ASEAN desarrollar servicios verdaderamente panregionales en finanzas, atención de la salud, educación y comercio electrónico.

Pero por supuesto, la ASEAN no debe construir una fortaleza para aislarse del mundo. De hecho, siempre se ha elogiado al bloque por su “regionalismo abierto”, que supone propiciar la integración económica entre los estados miembros sin discriminar a las otras economías. Esta idea ha sido un elemento esencial de la estrategia económica de la ASEAN desde el inicio, y se continuará con la inminente creación de la Asociación Económica Integral Regional, que reunirá a la ASEAN con China, Japón, Corea del Sur, India, Australia y Nueva Zelanda.

Igualmente esencial es fortalecer la comunidad para la seguridad política. En momentos de cuestionamiento a la arquitectura de gobernanza global, los miembros de la ASEAN deben hacer oír sus voces, si quieren un mundo favorable a sus intereses. Por separado, los países del sudeste asiático tienen poco peso; pero juntos, representan casi un décimo de la población del mundo y casi el 5% de su PIB.

Históricamente, la ASEAN ha tenido un papel fundamental en la promoción de las relaciones regionales, lo que dio lugar a la idea de una “centralidad de la ASEAN” en Asia. En 1993, el bloque creó el Foro Regional de la ASEAN –que ya tiene 27 miembros– para fomentar el diálogo en cuestiones políticas y de seguridad, y en 2005 creó la Cumbre de Asia Oriental, que actualmente incluye 18 estados miembros.

Pero el contexto geopolítico actual está en evolución. Con el ascenso de otras potencias, hay riesgo de que la ASEAN pierda su compromiso colectivo con una visión compartida para la región y con una postura común en cuestiones geopolíticas. Muchos observadores creen que otros países están debilitando la unanimidad dentro de la ASEAN mediante el desarrollo de lazos de dependencia con países separados, basados en las inversiones, el comercio internacional y la asistencia. A menos que la ASEAN permanezca unida como bloque, perderá la capacidad de congregar a los actores regionales, mediar en disputas y definir principios de conducta internacional e interacción.

La así llamada “vía de la ASEAN”, que se caracteriza por una toma de decisiones consensuada y la no interferencia, ha sido útil al bloque, y sería un error abandonarla. Pero hay que reevaluarla, para que la ASEAN tenga una voz potente en los asuntos regionales, en vez de permitir que voces disidentes dentro del grupo impidan la adopción de posiciones colectivas. Visto el cuestionamiento del que son objeto las instituciones globales actuales, y el ascenso de Asia en los asuntos mundiales, la ASEAN debe reforzar su capacidad de influir en el debate.

El Foro Económico Mundial sobre la ASEAN, que se celebrará los días 11 al 13 de septiembre en Hanoi (Vietnam), será una oportunidad para esa reevaluación. En un mundo cada vez más incierto, es más necesario que nunca que los países de la ASEAN profundicen sus lazos comunitarios y su compromiso con la integración y la colaboración.

Børge Brende is President of the World Economic Forum. Justin Wood is Head of Asia Pacific and a member of the Executive Committee of the World Economic Forum. Traducción: Esteban Flamini.

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