Los derechos en Oriente Medio

Por Mariano Aguirre, director de Paz, Seguridad y Derechos humanos en Fride, Madrid (LA VANGUARDIA, 01/08/06):

Una cuestión clave casi olvidadaen el conflicto en Líbano y Gaza es la violación del derecho internacional humanitario (DIH). Los argumentos son militares, políticos o emocionales. Pero el 24 de julio Jan Hegeland, encargado en la ONU de emergencias humanitarias, indicó que Israel viola el DIH en Líbano, sumándose a las denuncias de Human Rights Watch, de Amnistía Internacional y del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.

Existen reglas aceptadas por la mayor parte de los estados del sistema internacional, incluyendo a Israel, sobre la forma en que las partes deben actuar en situaciones de guerra. Ha llevado más de un siglo y medio elaborarlas y las actuaciones de Israel en Líbano y Gaza, y de Hezbollah, hunden esas reglas. El fin del DIH es limitar el sufrimiento humano en situaciones bélicas y que los actores armados distingan entre combatientes y civiles. La convención de Ginebra de 1949, los protocolos adicionales de 1977 y una serie de tratados y costumbres del derecho regulan la protección y cómo tratar a los heridos y prisioneros, y a los no combatientes. Michael Byers, de la Universidad de British Columbia, dice que la prohibición de no atacar civiles está presente en los tratados y que "ha alcanzado la situación de derecho internacional consetudinario. Por lo tanto, es una obligación para todos los países". Human Rights Watch considera que también lo es para Hezbollah.

El artículo 51(2) del protocolo 1 del DIH dice: "La población civil como tal, al igual que los individuos civiles, no podrán ser objeto de ataque. Los actos o amenazas de violencia cuyo propósito primordial es expandir el terror entre la población civil están prohibidos". Por otro lado, se prohíben los ataques contra objetivos civiles, que no sean usados con fines militares, por ejemplo, voladura de puentes y centrales eléctricas en Gaza y Líbano.

Israel alega que Hezbollah es "un Estado dentro del Estado" y que debe combatirlo porque el Gobierno libanés no lo ha desarmado. Pero, de hecho, está atacando al Estado libanés. Luche contra un combatiente no estatal o estatal, la convención de Ginebra fija los compartimientos que se deben respetar en ambos casos.

La ofensiva de Israel en Líbano se basa en la idea nacida de la guerra en Iraq de los círculos estratégicos que fortalecen o debilitan un poder. La teoría dice que para debilitar a un enemigo armado hay que impactar sobre sus líderes políticos, su sistema económico, la infraestructura que le da apoyo, la población y las fuerzas militares. La política militar de Israel en Gaza y Cisjordania, especialmente desde que ganó Hamas las elecciones, aplica esta estrategia. Ahora la ejerce en Líbano bombardeando el aeropuerto de Beirut, centrales eléctricas, carreteras y puentes. Una investigación judicial podría considerarla una infracción grave. Kofi Annan ha dicho que los ataques de Israel son "indiscriminados y desproporcionados". Israel tiene una larga tradición de no respetar el derecho internacional ni las resoluciones de laONUy de relativizar el respeto a los derechos humanos en campos como la tortura. A la vez, la comunidad internacional tiene una larga tradición en no exigirle que respete esas resoluciones, al contrario de lo que se ha hecho con otros países. Los ataques de Hezbollah sobre ciudades israelíes también violan el DIH. Un informe de Human Rights Watch indica que "los misiles lanzado por (este grupo) son tan imprecisos que resultan incapaces de dar en el blanco, y son lanzados para impactar en áreas generales". Hezbollah debe evitar poner a los civiles en riesgo e Israel no puede usar eso como excusa para arrasar barrios enteros.

Israel cree que impactando sobre los civiles logrará que el Gobierno libanés desarme a Hezbollah. Y este grupo considera que si los libaneses y los palestinos son víctimas de las ofensivas de Israel, y ellos además aterrorizan a los israelíes, vencerán moral y luego militarmente "al enemigo sionista". La estrategia que siguen los contendientes en Oriente Medio, pese a las diferencias militares entre ellos, es impactar y usar a los civiles como moneda de cambio. Tanto el terrorismo suicida que se ha ejercido en Israel como los ataques de las fuerzas de seguridad de este país contra la población palestina y las actuaciones en esta crisis son todo ello violaciones del derecho internacional humanitario. Igualmente, el estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional indica que los ataques intencionales contra la población civil "o civiles que no toman parte directa en las hostilidades" son crímenes de guerra.

La lógica de Israel es acabar militarmente con Hezbollah, aunque cueste la destrucción del Estado libanés. Para Hezbollah, Irán y Siria, es poner a la región contra Israel. Pero cuánto más brutal y sin reglas sea la guerra, más lejos están los objetivos. Y más se reproducirá el terror de Estado y el terrorismo no estatal.

El derecho es la base de la convivencia racional entre comunidades. Si en Oriente Medio se respetase el derecho internacional humanitario, no se impactaría sobre los civiles, los soldados secuestrados serían entregados al Comité Internacional de la Cruz Roja y la tensión descendería, facilitando las negociaciones políticas.