Mantener la promesa a Europa oriental

Durante muchos años la ampliación de la Unión Europea hacia el este parecía imparable. Sin embargo, con la invasión rusa a Ucrania, el presidente Vladimir Putin parece haber tenido éxito en reducir los esfuerzos de Europa para extender la democracia, el Estado de derecho y la apertura de mercados en todo el continente.

La UE no debe doblegarse ante las demandas de Putin. La suerte de Ucrania se ha convertido en la suerte de Europa. En efecto, Putin no solo quiere frenar las normas políticas, cívicas y sociales de Europa con su decisión de arraigarse dentro de Ucrania, sino también quiere revertirlas en el Báltico, los Balcanes; y en otros lugares en Europa se han fragilizado políticamente debido a crisis económicas o populismo demagógico.

La cumbre de la Asociación oriental de la UE en Riga puede y tiene que demostrar la determinación de Europa para defender su unidad, seguridad y valores de cara a la agresión rusa. Y lo debe hacer de forma concreta, no solo emitiendo comunicados oficiales que rápido quedan en el olvido, y que solo reciben el desdén del Kremlin y sus aliados separatistas de Ucrania.

Es de suma importancia hacer que la nueva política se convierta en una verdadera asociación de pueblos. Los ciudadanos de los países asociados tienen que ser los beneficiarios reales si se quiere que esta asociación sea algo más que un acuerdo inerte como ha sido hasta ahora. Entre los ingredientes principales que pueden hacer que esta asociación sea popular en términos políticos están los compromisos de la UE en el tema de movilidad, la ayuda a las Pymes y los emprendedores y un aumento importante de oportunidades educativas para la gran mayoría.

Ucrania debe ser el tema central de los esfuerzos para revivir la asociación oriental como medio para atraer el respaldo de los europeos que no son miembros de la UE. Sí, las noticias sobre mi país siguen siendo malas. Miles de conciudadanos están muertos. Cientos de miles ahora son refugiados en su propia tierra. El Acuerdo de Minsk II de cese al fuego no sirvió para frenar las fuerzas rusas y separatistas.

Aunque la economía de Ucrania ha detenido su caída libre del invierno pasado, el PIB ha disminuido en una cuarta parte desde que las tropas rusas empezaron la invasión en febrero de 2014. Las cifras oficiales del desempleo superan el 10%, en comparación con el 7.3% previo a la ocupación y anexión de Crimea de parte de Rusia. Nuestra deuda nacional crece día con día a niveles que han incitado al semanario de análisis, the Economist, a sugerir que podríamos convertirnos en la “Grecia del este”. Además, gran parte de nuestra actividad económica sigue en control de los separatistas, y ellos, como era de esperarse, están apropiándose de los activos robados.

Ante circunstancias tan difíciles, el gobierno de Ucrania está actuando un poco como el niño del proverbio holandés, que trata de detener la fuga de agua de un dique con un dedo. Pese a esfuerzos enormes, siguen surgiendo fugas por doquier. La verdad simple y llana que los europeos tienen que entender es que los ucranios no tenemos tantos dedos para tapar las fugas y poder entonces reconstruir solos nuestra economía.

Aunque Ucrania vive una situación desesperada, Europa no puede evitar afrontar el desafío puesto por Putin. Después de todo, si Putin logra convertir Ucrania en un Estado fallido mediante un conflicto paralizado al interior, también tratará de hacer lo mismo en todas las fronteras de la UE, desde Estonia a Grecia.

Por suerte, la UE puede contar con Ucrania como un socio verdadero, cuya devoción hacia Europa ha sido probada por francotiradores en la calles de Kiev y ahora por el ejército ruso. Su valentía y su nuevo activismo político, ha fortalecido la firmeza del gobierno para ejecutar las reformas necesarias e imposibilitar a cualquier actor político en Ucrania resistir el consenso pro UE. La UE lo puede hacer aún más fuerte exigiendo una mayor claridad en la lucha contra la corrupción.

Con todo, dada la guerra en la región oriental de Donbas, la destrucción de gran parte de nuestra economía y la naturaleza precaria de las finanzas de nuestro gobierno, el Fondo Monetario Internacional y otros están pidiendo demasiados esfuerzos a los ucranios. La idea de que Ucrania puede lidiar con la “terapia de choque” económica que Polonia emprendió hace 25 años es el tipo de diseño de políticas uniformes resultantes de la crisis financiera mundial de 2008.

Por eso, si se desea renovar la Asociación oriental de la UE, se deben adoptar iniciativas nuevas y audaces para Ucrania, en lugar de tratar de reciclar viejas políticas diseñadas para responder a circunstancias muy distintas. Un informe reciente del Instituto de Estudios Económicos Internacionales de Viena da algunas orientaciones en cuanto a lo que la UE debería intentar hacer ahora en favor de Ucrania.

Para empezar, la UE debería ayudarnos a crear un régimen de tipo de cambio más estable para superar la volatilidad de la moneda que ha devastado nuestra economía desde la invasión rusa. Y aunque la consolidación fiscal es necesaria en vista del estado de nuestra economía, la población más vulnerable de Ucrania vive actualmente en condiciones muy precarias. Ya no tienen nada más qué sacrificar. Al contrario, necesitan asistencia, y Europa debe insistir en que sus programas y los del FMI tomen en cuenta sus necesidades.

Tal vez lo más importante en el largo plazo es que la Unión Europea debe cumplir su compromiso con el amplio acuerdo de libre comercio y asociación que el gobierno anterior de Ucrania se negó a firmar a finales de 2013. Después de todo, fue para obtener ese acuerdo que los jóvenes ucranianos afrontaron a los francotiradores del ex presidente Viktor Yanukovych y afrontan ahora el poder del ejército ruso. Concluirlo haría más para afianzar la confianza de los ucranianos en su futuro europeo y para convencer al Kremlin de que no podrá revertir los valores europeos que cualquier otra cosa que la UE pueda hacer.

Una forma clara en la que Europa puede demostrar que su acuerdo de asociación con Ucrania sigue vivo es promover las inversiones en mi país. Desde la invasión de Rusia, la inversión extranjera directa en Ucrania se ha colapsado, que es exactamente lo que Putin quiere. La UE puede demostrar su compromiso con la renovación económica de Ucrania logrando que el Banco Europeo de Inversiones invierta en un proyecto de infraestructura de muestra, por ejemplo, la mejora de los vínculos ferroviarios con la UE.

La UE tiene dos opciones que debe contemplar seriamente: una Asociación oriental renovada o una nueva división de Europa. Las decisiones que tome, empezando en la cumbre de Riga, determinarán el futuro de Europa en las próximas décadas.

Yuliya Tymoshenko is a former prime minister of Ukraine. Traducción de Kena Nequiz.

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