México, Ecuador y un drama diplomático

Jorge Glas, exvicepresidente de Ecuador, en 2017. Dolores Ochoa/Associated Press
Jorge Glas, exvicepresidente de Ecuador, en 2017. Dolores Ochoa/Associated Press

México rompió relaciones con Ecuador el fin de semana.

La ruptura diplomática se produjo luego de que las fuerzas policiales ecuatorianas irrumpieron en la embajada de México en Quito el viernes por la noche para detener a Jorge Glas, un político que se había refugiado en la legación mexicana.

Roberto Canseco, encargado de la embajada, declaró a la prensa local que intentó impedirles la entrada. “Me han golpeado, me he golpeado contra el suelo”, dijo. “Como delincuentes allanaron la embajada de México en Ecuador”.

Los sucesos se dieron después de meses de disputas entre ambos países sobre Glas, un exfuncionario que, entre otros cargos, fue vicepresidente de Rafael Correa. Glas fue condenado a prisión en casos de soborno y malversación de fondos y enfrenta nuevas acusaciones. La justicia ecuatoriana lo consideraba un fugitivo luego de que se refugiara en la embajada de México, donde se le concedió asilo.

En el pasado, México ha concedido asilo a figuras que enfrentan acusaciones de corrupción, y, como Ecuador, es signatario de la Convención de Viena, que establece la inviolabilidad de las sedes de las representaciones diplomáticas. Según las autoridades ecuatorianas, México se extralimitó en las inmunidades y privilegios concedidos a su delegación.

En este asunto hay dos trasfondos que vale la pena tener en cuenta: el nacional y el regional.

Por un lado, el gobierno del presidente Daniel Noboa, quien lleva menos de medio año en el cargo, enfrenta una grave crisis de seguridad derivada del avance del crimen organizado en el país. Noboa llegó a la presidencia con una plataforma de mano dura contra la delincuencia y la corrupción, y la detención de Glas se inserta en esa lógica. El mandatario, que está completando el periodo que dejó inconcluso su predecesor, además enfrenta un referéndum en las próximas semanas en el que, entre otras cosas, se decidirá si puede reelegirse el año entrante. La acción desplegada en la embajada mexicana podría redituarle políticamente en ese escenario, según reportó Genevieve Glatsky, periodista del Times en Sudamérica.

A nivel regional, la movida podría causarle la enemistad de algunos países latinoamericanos. Media docena de naciones expresaron solidaridad a México y Nicaragua incluso rompió relaciones con Ecuador. Este panorama complica además las relaciones interamericanas, de por sí muy tensas debido a, entre otros factores, la migración, los desafíos medioambientales y la retórica de sus líderes. Basta recordar que el gobierno de Gustavo Petro, en Colombia, expulsó a los diplomáticos de Argentina luego de un cruce de críticas con el presidente Javier Milei hace algunas semanas, un episodio tirante en el que también intervino el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.

Un ecuatoriano le dijo a Genevieve que “hay miles de ecuatorianos ahora mismo transitando México a pie para migrar a Estados Unidos”. Y añadió: “No sabemos cuánto les va a afectar esto”.

P. D.: Al cierre de este boletín, las autoridades policiales indicaban que Glas estaba en un “coma profundo autoinducido” tras ingerir antidepresivos y sedantes y se encontraba en observación médica.

Elda Cantú, an editor in the Mexico City bureau, writes El Times, a newsletter in Spanish. She has been with The New York Times since 2018, when she joined The Times en Español as a deputy editor.

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