General

Las fotografías antiguas nos permiten conocer como era el norial de sillería de Velilla de Ebro: capacidad para dos ruedas de pequeñas dimensiones, de 10 metros de diámetro, que giraban en un canalizo de solo 1,20 metros de anchura. La parte central (bancada y pilas) tenía el doble de anchura que las laterales, ya que las dos norias apoyaban sobre su bancada. Toda la parte trasera de la estructura, desde las bancadas hasta la cúspide las pilas, se encontraba escalonada.

Mediante el azud construido en el río Ebro, se derivaban los caudales de agua hacia el casco urbano, abasteciendo al lavadero de la localidad, al molino harinero de dos cárcavos con sus respectivas maquinarias de rodete que movían los elementos para la molienda y al norial de dos ruedas que elevaba el agua hasta el acueducto de distribución a las acequias de riego.

Sin embargo, en los dos últimos tercios del siglo XX el norial sufrió tales transformaciones que su estructura original quedó irreconocible. La más drástica fue la destrucción de la caja de la noria interior para instalar allí una turbina protegida por una caseta, pero también se eliminó el acueducto, se reutilizaron las piezas de piedra del canal en un nuevo emplazamiento y se alteraron los canalizos. La pila exterior trasera, más expuesta a las avenidas del río, había sido reconstruida en piedra de campanil trabada con abundante mortero.

Durante 2009-2011 el conjunto, incluido el lavadero, fue rehabilitado y recuperó su aspecto original. La restauración del norial, dirigida por el arquitecto Javier Ibargüen, supuso para Velilla de Ebro la recuperación de uno de los conjuntos hidráulicos más singulares de la comarca de la Ribera Baja del Ebro ya que por sus características, dos ruedas de corriente situadas de forma paralela, es único en la península.

Patio cordobés en invierno
Localización: Córdoba - Fecha: 3/ene/2012 - Cámara: Nikon D80 - Distancia focal (DX): 18 mm - Diafragma: f/3.5 - Velocidad de obturación: 1/6s - Sensibilidad ISO: 400.

La Fiesta de los Patios de Córdoba se celebra durante la primera quincena de mayo porque es en esas fechas cuando  los patios lucen en todo su esplendor. Esta fiesta se celebró por primera vez en 1921 y sólo participaron tres patios. Debido a esta escasa participación, no volvió a celebrarse hasta 1933. La fiesta casi desaparece con la llegada de la Guerra Civil ya que no se recuperó la tradición hasta 1944. Finalmente, en 1988 se establecieron unas bases claras sobre los aspectos ornamentales que el jurado debía valorar para establecer el patio ganador: variedad floral, cuidado de macetas y arriates e iluminación natural. La fiesta fue inscrita en 2012 en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Sin embargo, merece la pena visitarlos en invierno con ocasión de la Navidad ya que muchos de ellos abren sus puertas para que los visitantes disfruten con los belenes que instalan en ellos. Aunque el sol no los ilumine como en primavera, no pierden su encanto por ello. Siguen invitando a sentarse junto a las flores, relajarse y disfrutar de sus olores.

Trasmoz (Moncayo)
Localización: Trasmoz (Zaragoza) - Fecha: 30/11/2012 - Cámara: Nikon D80 - Distancia focal (DX): 70 mm - Diafragma: f/7.1 - Velocidad de obturación: 1/125s - Sensibilidad ISO: 200.

En las faldas del Moncayo surge el castillo de Trasmoz, un pueblo donde la brujería y el paganismo camparon a sus anchas desde tiempo remotos.

Una historia que nos describe Nacho Caballero en el artículo Brujería y paganismo en Trasmoz, el único pueblo excomulgado de España:

Un vasto manto de oscuridad envolvió al minúsculo pueblo de Trasmoz en 1512. Un conflicto que tiene su origen en un problema de riego, provocó que el Monasterio de Veruela lanzara una maldición a esta pequeña aldea maña situada a las faldas del Moncayo y custodiada por un imponente castillo. Pero no sólo arrastra esta condena, sino que, doscientos años antes, fue excomulgado del catolicismo por los siglos de los siglos y no ha encontrado su revocación en los últimos meses de vida de 2019.

El halo de misterio que se apropió de este diminuto pueblo no sólo perdura, sino que se ha extendido como la pólvora. Una historia que hace las delicias de los idólatras de lo oculto. Un destino que embruja al turista que se atreve a deslizarse por sus calles vacías de humanidad, pero plenas de enigmas y un embaucador romanticismo becqueriano.

Trasmoz es una especie de pueblo ‘maldito’ que, siete siglos y medio después de ser condenado, continúa excomulgado por la Iglesia Católica. El motivo fue que se negó a someterse al poderoso monasterio de Veruela, el primero de la orden cisterciense de Aragón. A partir de ese momento se han sucedido una serie de acontecimientos que llaman a visitar y aprender de su historia:

Con la Iglesia toparon

En 1255, el abad del Monasterio de Veruela, Andrés de Tudela, arrancó el catolicismo de cuajo de las vidas de los vecinos de Trasmoz. El motivo de este castigo divino halla su explicación en un conflicto por la leña. El clérigo, hastiado de las discusiones con los habitantes del pueblo por la provisión de madera del Monte de la Mata, excomulgó a la aldea, apartándola del Reino de los Cielos para toda la eternidad.

Pero Dios le tenía preparado un destino aún más cruel para la supersticiosa población que moraba por aquel pueblo rebelde. Casi tres siglos más tarde, de nuevo, el Monasterio de Veruela, dirigiría sus iras contra los habitantes de Trasmoz. Esta vez, la leña se sustituía por el agua como eje de un nuevo conflicto con la Iglesia.

El señor de Trasmoz en 1511, Pedro Manuel Ximénez de Urrea, se enfrentó al abad del Monasterio debido a que el curso del agua transitaba por zonas que pertenecían al convento. Los clérigos de Veruela desviaron la natural circulación del agua y esta no llegaba a las familias trasmoceras. Las Cortes de Aragón mediaron en el conflicto en favor del señor de Trasmoz. Pero al abad hizo oídos sordos y maldijo al pueblo.

Según relatan algunos expertos, el abad, en plena madrugada, cubrió el crucifijo del altar con un velo negro y recitaron el salmo 108 de la Biblia – una maldición de Dios contra sus enemigos -. Cada frase iba acompañada de un toque de campana para que los vecinos del pueblo lo escuchasen y constase en acta. Trasmoz fue maldita con nocturnidad y alevosía.

Fiestas paganas

Desde entonces, la leyenda ha marcado con letras tétricas y negras al pueblo de Trasmoz. Brujas, aquelarres, nigromancia… Todas las actividades insalubres para el alma humana transcurrían entre las lindes de esta aldea incómoda para los vecinos con hábito que moraban a escasos kilómetros.

Las oscuras leyendas sobre este área de terreno maldito han perdurado hasta nuestros días. Incluso han inspirado a algunos de los grandes autores de la literatura española. El misterio que envolvió a este pueblo y las supersticiones propias de tiempos pasados en los que el temor a un Dios que les había abandonado se sobreponía a la razón.

Leyendas Románticas

El paso del tiempo moldeó y alimentó estos mitos a su antojo, habitando de por vida en el imaginario colectivo de los trasmoceros y, por supuesto, del resto del país. Pero las llamas de estas leyendas se vieron avivadas gracias a la maestría de un enfermo Gustavo Adolfo Bécquer.

En pleno Romanticismo, el poeta y escritor sevillano, se mudó durante un tiempo al ínclito Monasterio de Veruela para respirar el aire puro que le despojara de la tuberculosis que le perseguía desde 1857. Un lugar idóneo para un romántico, tan apasionado de lo oculto y lo fantástico.

Durante su estancia en el pueblo, Bécquer gestó algunas de sus narrativas más emblemáticas, como el relato de la Tía Casca. En Cartas desde mi Celda, el poeta andaluz, a caballo entre un relato y una crónica periodística, cuenta las andanzas de este misterioso y ‘peligroso’ personaje que habitaba en Trasmoz.

“Los sábados, después de que la campana de la iglesia dejaba oír el toque de las ánimas, unas sonando panderos, y otras, añafiles y castañuelas, y todas a caballo sobre escobas, los habitantes de Trasmoz veían pasar una banda de viejas, espesas como las grullas, que iban a celebrar sus endiablados ritos a la sombra de los muros de la ruinosa atalaya que corona la cumbre del monte”. Así relató Bécquer la información que en este pagano resquicio de España pudo recabar.

En la actualidad, la historia de Trasmoz sigue presente, aunque no muchos conocen sus sutilezas. De hecho, Javier Olivares realizó un pequeño homenaje a esta desconocida historia de nigromancia y paganismo en su magistral creación que lleva por título El Ministerio del Tiempo. En el capítulo Tiempo de Hechizos (3x03), se narra con precisión quirúrgica lo acontecido en esta aldea condenada, a la par que presenta la figura de un Gustavo Adolfo Bécquer atraído por la historia de Trasmoz.

Incluso ha merecido la atención de Cuarto Milenio: La historia y magnetismo de la localidad zaragozana de Trasmoz siguen vivos:

Es muy probable que las próximas navidades, debido al COVID-19, no se celebren siguiendo los ritos sociales y culturales habituales, pero estoy seguro de que, allí donde el clima sea propicio, no faltarán las guerras de bolas de nieve.

Ya en 1897 Louis Lumière documentó una de esas peleas en las calles de Lyon, Francia («Batalla de nieve»). Ahora, gracias a DeOldify (un software de código abierto), Joaquim Campa ha podido mejorar y colorear esas imágenes históricas con el resultado que  pueden ver en el vídeo que a continuación mostramos. Si os gusta, en twitter está disponible la etiqueta DeOldify la cual nos da acceso a otros proyectos realizados con el mencionado software.

Paul Cocksedge: Please Be Seated (Finsbury Avenue Square, Londres)
Paul Cocksedge: Please Be Seated (Finsbury Avenue Square, Londres)

No me cansaré de repetirlo: nuestras ciudades adolecen de espacios «duros», poco amigables y nada reconfortantes. Ya no se trata tan sólo de habilitar áreas verdes sino también de transformar espacios para adaptarse a su entorno y cuya función vaya más allá de la mera decoración.

Un ejemplo lo encontramos en la instalación de Paul Cocksedge denominada 'Please Be Seated' y que forma parte del London Design Festival. Finsbury Avenue Square, en el barrio de Broadgate, cuenta ahora con una estructura que permite las interacciones sociales o simplemente descansar. Las curvas se elevan para crear respaldos y lugares para sentarse, así como espacio para que la gente camine por debajo, o haga una pausa y encuentre algo de sombra. Ocupa la plaza sin bloquearla.

Francia: en primavera, en los Pirineos se celebran rituales festivos en los que los hombres hacen de osos que despiertan de la hibernación.
Francia: en primavera, en los Pirineos se celebran rituales festivos en los que los hombres hacen de osos que despiertan de la hibernación.

Recuerdos de nuestros ancestros permanecen en el imaginario colectivo como muestra de lo que una vez fue la Europa salvaje. Cosechas, solsticios, fertilidad, estrellas, mitos insondables, ... son en la actualidad representados como una forma de recordar aquello que tal vez nunca debimos olvidar: Los hombres salvajes de Europa (Fotografías de Charles Fréger)

Andy Quesada (derecha) y Yusniel Quiala Hernandez (izquierda) en el estadio Palmar de Junco (Matanzas, Cuba). En 1874, se jugó aquí el primer partido oficial de béisbol en Cuba. Es el estadio en activo más antiguo del mundo.
Andy Quesada (derecha) y Yusniel Quiala Hernandez (izquierda) en el estadio Palmar de Junco (Matanzas, Cuba). En 1874, se jugó aquí el primer partido oficial de béisbol en Cuba. Es el estadio en activo más antiguo del mundo.

El fotógrafo Ira Block viaja con frecuencia a Cuba, un país donde el béisbol se considera más una religión que un deporte. Aún hoy en día, ver jugar en aquél país es como un viaje al pasado, un devenir que comienza a finales del siglo XIX.

Ira percibe "que toda esa realidad tan arraigada se transformará a corto plazo. No puedo predecir ni el momento en que sucederá ni el cómo, pero siento que necesito plasmar en imágenes una Cuba que afronta un fin de ciclo". Su libro Cuba Loves Baseball es fruto ese interés por lo cubano y el béisbol, y aquí pueden ver algunas de las imágenes que lo ilustran.

Miembros del 369 Regimiento de Infantería, probablemente durante su despliegue en Francia durante la Primera Guerra Mundial, 1918
Miembros del 369 Regimiento de Infantería, probablemente durante su despliegue en Francia durante la Primera Guerra Mundial, 1918

La New York Public Library comenzó el año pasado a publicar en Internet miles de imágenes de documentos, fotografiarías, cuadros, etc... y lo mejor de todo es que muchas de ellas son de dominio público (Siglos XI al XX).

Contamos con dos herramientas para la búsqueda: Search Digital Collections (al hacer clic en el cuadro de búsqueda podremos marcar "Search only public domain materials") y Visual search tool (una búsqueda visual bastante original).

Existen, son reales y se pueden encargar: casas de cuentos de madera gracias al saber acumulado de cuatro generaciones. Imprescindible hablar personalmente con Dan Pauly (Facebook) y tener paciencia porque el pedido suele demorarse entre un año y año y medio. Eso sí, el cobertizo, sauna o casa de huéspedes será a su gusto en todos los detalles.

The Rustic Way The Rustic WayThe Rustic Way The Rustic Way The Rustic Way The Rustic Way The Rustic WayThe Rustic Way The Rustic WayThe Rustic Way

Emerson High School (Oklahoma City)

Durante el curso escolar de 1917, en plena I Guerra Mundial y quien sabe si coincidiendo con la Revolución Rusa, los niños de la Emerson High School (Oklahoma City) garabateaban en las pizarras sin saber que, 100 años más tarde, una remodelación del centro dejaría al descubierto sus anotaciones. Entre ellas destaca una "rueda de multiplicar" realmente curiosa (podéis ver más fotos en el artículo del Washington Post):