Libros de fuego
El 7 de agosto de 1931, José María Escrivá anotó en sus 'Apuntes íntimos': «A pesar de sentirme vacío de virtud y de ciencia (la humildad es la verdad.., sin garabato), querría escribir unos libros de fuego, que corrieran por el mundo como llama viva, prendiendo su luz y su calor en los hombres, convirtiendo los pobres corazones en brasas, para ofrecerlos a Jesús como rubíes de su corona de Rey». El joven sacerdote tenía veintinueve años y ya había recibido la luz espiritual que dio origen y configura hasta hoy el Opus Dei. Sintió la llamada a promover la búsqueda del encuentro con Dios en lo cotidiano, en eso que Husserl llamaría el mundo de la vida.… Seguir leyendo »