Entre la democracia y la dictadura
Según las tres agencias de calificación principales, la economía de Hungría se sitúa en la peor categoría posible: la de la basura. Un país basura, con una Administración basura y un primer ministro también basura. Además, Viktor Orbán y su Gobierno no son la solución para la economía húngara, sino el problema. Esto debería bastar para desplazarlos y para sustituir a los adeptos de esta corte partidista, compuesta mayormente por aficionados, por un Gobierno de tecnócratas que rigiera el país hasta las elecciones siguientes, previstas para 2014. La tecnocracia proporcionaría la oportunidad de buscar vínculos fructíferos entre la izquierda y la derecha húngaras.… Seguir leyendo »