José Luis Sastre

Este archivo solo abarca los artículos del autor incorporados a este sitio a partir del 1 de diciembre de 2006. Para fechas anteriores realice una búsqueda entrecomillando su nombre.

Los futbolistas Borja Iglesias, Aitor Rubial, Víctor Ruiz, Víctor Camarasa y Juanmi, de izquierda a derecha.Instagram de Víctor Camarasa

Al morir Silvio Berlusconi pensé, como tantos más, en Paolo Sorrentino, porque hay personajes de un hiperrealismo tan extremo que solo es posible acercarse a ellos con los ojos de la ficción: por eso Sorrentino ayudó a que nos hiciéramos una idea del personaje que fue empresario y publicista y político hasta que lo fue todo, momento en que se supo invencible, condición principal de Berlusconi. Por algo los poderosos de verdad no aspiran a la influencia ni al dinero, ni siquiera a una Champions; aspiran a algo distinto y mejor: la impunidad, que es la inmortalidad en vida. Hasta que te mueres.…  Seguir leyendo »

Vinicius señala a los autores de los ataques racistas que sufrió en el estadio del Valencia.PABLO MORANO (REUTERS)

A mucha gente le ha empezado a importar si España es racista por lo que puedan decir. Es la gente a la que no le preocupaba que en los estadios gritasen y que aún griten mono o maricón, pero que han caído en que no se puede consentir que se diga de España que es racista. Menos aún que lo diga Lula da Silva. Cómo va a ser racista el fútbol español si tiene un protocolo, ha venido a alegar LaLiga en un razonamiento asombroso: ¿cómo va a estar usted enfermo si yo tengo una tirita? La pregunta no es lo que sea un país, como si un país pudiera ser cualquier cosa; la pregunta es si hay racismo en España.…  Seguir leyendo »

El mundo se prepara con coches eléctricos para cuando se acabe el petróleo y, sin embargo, no previó nada para cuando se acabaran las ideologías. Al final de ese camino había un grupo de nuevos dirigentes, a menudo sin partidos políticos, que prometen para el futuro renovadas nostalgias. Retrotopía, lo llamó Bauman. Les alcanza con un tuit o con un mensaje de teléfono para enardecer a su público lo mismo que en la Edad Media servía subirse a un cajón en la plaza y dejar que corriera la voz.

Así, se ha puesto el coro a mentar a los dioses, como si fueran ángeles o profetas, y si Nietzsche mató a Dios ellos están dispuestos a matar a Nietzsche o a negar a Voltaire y a Kant, a los que quieren arrinconar con los cruces de algoritmos.…  Seguir leyendo »