Se murió antes de llegar a mi pueblo
Michael Jackson iba a ser mi vecino. Había alquilado una mansión muy cerca de mi casa en el pueblo de Chislehurst, en las afueras de Londres. Los vecinos de Chislehurst le esperábamos ese fin de semana, encantados de que un señor tan famoso fuera a compartir el entorno físico de nuestras humildes existencias. Y como un nuevo y también bienvenido Mister Marshall, albergábamos ridículas fantasías de que su presencia fuera a traer riquezas y notoriedad a nuestro vecindario, e incrementaría el valor inmobiliario de nuestras casas. El glamour de Chislehurst iba a ser equiparable con el de Beverly Hills, y nuestra calle principal, en la que compramos el pan de cada día, estaba destinada a ser un nuevo Sunset Boulevard.… Seguir leyendo »