Paseo matutino
Todas las mañanas, después de despertarme me tomo un café y salgo a dar mi paseo. Son las siete. Recorro la calle en la que vivo, la Prokuratorska, en dirección a la Wawelska. Paso junto al consulado británico: ante la verja, a esta hora, ya espera un nutridísimo grupo de personas. Pasan allí la noche, duermen en los coches, en los céspedes, en los bancos: han venido para solicitar un visado. Enseguida sé que estoy en el Tercer Mundo. Tamañas aglomeraciones no se dan ni en Oslo ni en Berna, pero sí en Kampala y en Kuala Lumpur.
Los habitantes de los países más o menos pobres -como Polonia sin ir más lejos- ofrecen su barata mano de obra; los países ricos se defienden, tienen de sobra donde elegir.… Seguir leyendo »