Llamar a la dictadura por su nombre
Hemos asistido a un levantamiento popular en Cuba como no se había conocido otro en los últimos 60 años. La inercia y el miedo generados por décadas de ese cocktail siniestro que se hace mezclando el entusiasmo con la represión –el reverso simbólico exacto de un Cuba Libre– saltaron por los aires el 11 de julio bajo el empuje de una generación de jóvenes cubanos que han abandonado la aspiración a emigrar, pero se niegan a ser parte de un sistema que ya solo les brinda la espuria ilusión de la excepcionalidad de Cuba. Son cubanos que quieren vivir en un país más próspero y más justo, y que espoleados por el hambre de pan y de libertad, unido a la preocupación por la gestión sanitaria de la pandemia, están planteando estos días una rebelión que sitúa a la juventud cubana en el mismo diapasón de anhelos que manifiestan jóvenes de todo el mundo.… Seguir leyendo »