Miranda Carter

Lo más sorprendente de la revelación de que el rey Carlos III fue diagnosticado con cáncer, tras menos de dos años en el trono, es el hecho de que se haya dado a conocer.

El cáncer es común; la franqueza sobre la salud de la familia real británica, no tanto. Durante siglos, como muchas otras familias reales, la corona británica ha hecho todo lo posible por ocultar el estado del cuerpo del soberano. La sinceridad de Carlos, con sus limitantes, parece ser una señal de su anhelo de ser un tipo de monarca distinto.

Un rey en el poder siempre ha sido la encarnación del Estado, una metáfora viviente de su salud.…  Seguir leyendo »

The most surprising thing about the disclosure that King Charles III has been diagnosed with cancer after less than two years on the throne is the fact that it’s been disclosed at all.

Cancer is common; candor about the British royal family’s heath, not so much. Over the centuries, like many royal families, it has gone to great lengths to hide the condition of the sovereign’s body. Charles’s honesty, as far as it goes, seems to be a sign of his desire to be a different kind of monarch.

A ruling monarch has always been the embodiment of the state, a living metaphor of its health.…  Seguir leyendo »