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El autoritarismo es un patio de colegio: el matón actúa movido por el miedo —al rechazo, a la soledad, a la ridiculización— o por la rabia de haber sufrido, él mismo, violencias e injusticias. Para la filósofa feminista Eva von Redecker, el miedo y la rabia son los principales sentimientos a los que apelan los discursos neofascistas, populistas y de ultraderecha para fagocitar a sus seguidores. En ambos casos, patio de colegio y retórica ultra, el abusador se siente amenazado. Pero, también en ambos casos, la amenaza es engañosa, o está mal situada. En su ensayo Ownership’s Shadow: Neoauthoritarianism as Defense of Phantom Possession, Von Redecker propone entender esta sensación de amenaza como un sentimiento de pérdida.…  Seguir leyendo »

Hace un mes me apeé de un taxi en la Plaza Mayor de Predappio, ciudad santuario del neofascismo italiano. Me sorprendió el carácter ascético de las celebraciones organizadas aquel día, por el cumpleaños de Benito Mussolini. Empapado como estaba de imágenes de la Marcha de la Independencia polaca o las peregrinaciones religiosas de hinchas a Jasna Góra, esperaba un mar de pancartas y un cielo teñido de ardientes llamas. En cambio, el líder de la Última Legión, el partido neofascista convocante, ordenó que se marchase en completo silencio y serenidad. Nada de gritos ni de cánticos.

La ultraderecha polaca, siempre que se reúne, forma un coro que grita “muerte a los enemigos de la patria”, “deshojaremos los árboles para colgar a los comunistas”, o define a la familia polaca como un marido y su mujer.…  Seguir leyendo »