Los donativos estadounidenses no son la solución a las tragedias del mundo
La primera vez que vi a la famosa Fabienne Jean, venía cojeando hacia mí lentamente, pero con la elegancia inconfundible de la bailarina que era. Dos años habían pasado desde que los donadores y los medios de Estados Unidos habían convertido a Fabienne en un símbolo de recuperación del devastador terremoto que sacudió a Haití en 2010. Quienes le deseaban lo mejor le habían prometido de todo, desde una nueva casa y una visa estadounidense hasta su propia academia de baile. En aquel momento, ella mantenía las esperanzas. Sin embargo, nada de eso sucedería.
La última vez que vi a la famosa Fabienne Jean estaba sentada sin hacer nada en su apartamento en un sótano de Puerto Príncipe, sin poder trabajar ni bailar, aún nostálgica por su breve encuentro con la generosidad estadounidense.… Seguir leyendo »