Tiempo detenido
Afinales de 1945 Isaiah Berlin realizó una visita de cuatro meses a la Rusia soviética. El pensador ruso-británico no era aún el referente mundial en el que se convertiría unas décadas más tarde gracias a sus trabajos sobre la Ilustración, el romanticismo, la libertad o los grandes escritores rusos. El paisaje intelectual y moral que halló tanto en Moscú como en Leningrado era, por decirlo con suavidad, descorazonador. Pero no tanto por las devastadoras consecuencias de la guerra como por la represión interna, que había alcanzado cotas excepcionales de crueldad durante el Gran Terror de los años 1937 y 1938.
Al margen de algunas figuras que se mantenían intactas (o casi) en su dignidad, aunque estuvieran abocadas a la marginación o el silencio (Anna Ajmátova o Borís Pasternak), los escritores y artistas rusos de talento se encontraban amordazados o anestesiados, cuando no directamente anulados, por la eficaz estrategia de neutralización aplicada por el régimen de Stalin.… Seguir leyendo »