Luis Alberto de Cuenca

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El regreso de Stefan George

El arabismo 'azar' rige la vida de los hombres y los ritmos del Universo. Unos lo llaman así, azar, y otros prefieren el latinismo 'Providencia' (con P mayúscula) para explicarlo todo. El caso es que el azar –o la Providencia– me condujo una tarde, hace quince o veinte días, a una de las estanterías de mi babélica biblioteca en busca de la primera edición del 'William Shakespeare' (1864), de Victor Hugo, para extraer una cita de las páginas que dedica a Macbeth. Al topar con el libro me di cuenta —hacía mucho tiempo que no frecuentaba ese estante– de que los libros que flanqueaban la introducción a Shakespeare que redactó el autor de 'Los miserables' como prólogo a los 'opera' del Bardo que había traducido al francés su hijo menor, François Victor, eran los dos libros siguientes: uno de los 500 ejemplares de que consta la edición príncipe de 'Le cimetière marin' (1920), de Paul Valéry, y otra 'princeps' de factura externa impecable y elegantísima, ni más ni menos que 'Das neue Reich' (1928), del poeta alemán Stefan George (1868-1933), autor con quien yo había mantenido relaciones literarias muy intensas allá por los años 70 y 80 del siglo XX y que tenía a día de hoy muy olvidado.…  Seguir leyendo »

Mi «otro poema de los dones»

Hay un poema de Borges que es como uno de esos gabinetes barrocos en los que se exhibían 'mirabilia', antecedente léxico de nuestra 'maravilla'. Pensemos en el gabinete de un Athanasius Kircher (1602-1680), sin ir más lejos, el jesuita alemán cuya producción paracientífica no deja de sorprendernos si optamos por abrazar una estética del delirio. El poema borgiano en cuestión se titula «Otro poema de los dones» y está inserto en su libro 'El otro, el mismo' (Buenos Aires, Emecé, 1969). Consiste en una letanía de las cosas de variado pelaje por las que al escritor argentino se le ocurre que debe dar las gracias a Dios en un determinado instante de su vida (porque solo un instante después habrían sido diferentes).…  Seguir leyendo »

Hoy, jueves 11 de mayo de 2023, hace exactamente medio siglo que nos dejó uno de los poetas españoles del siglo XX que más he leído durante los últimos cincuenta años y con cuya deslumbrante producción poética he disfrutado más a lo largo de mi vida. Este medio siglo sin Juan Eduardo Cirlot (Barcelona, 1916-1973) me pedía un comentario al respecto, y esta página de ABC me parece la mejor de las tribunas para llevarlo a cabo. La edición de la lírica cirlotiana de última hora, 'Poesía 1966-1973', a cargo de Leopoldo Azancot, es un libro de color negro con letras amarillas en la cubierta.…  Seguir leyendo »

El hombre-pez de Liérganes

Me he topado al azar en una de las estanterías de mi biblioteca con un ejemplar de la rarísima primera edición (1924) de la 'Mitología vasca' del padre José Miguel de Barandiarán y Ayerbe (1889-1991), un personaje que siempre me ha inspirado simpatía y admiración, pese a lo mucho que me separa de su nacionalismo militante. Junto a las obras del cura euskaldún se alinean en la misma balda algunos de los muchos libros que tengo de fray Benito Jerónimo Feijoo y Montenegro (1676-1764), nuestro Voltaire de clerecía. Y entre una sotana y otra, el artículo se ha escrito solo, gracias a mi voluntad de seguir siendo, contra viento y marea, un alumno aventajado de Funes el memorioso.…  Seguir leyendo »

Ezra Pound: 'Il miglior fabbro'

No hay duda alguna de que 'The Waste Land', de T. S. Eliot, es una de las obras poéticas de mayor rango y calidad estética que vieron la luz en el siglo pasado. Se publicó por primera vez en diciembre de 1922, hace exactamente cien años. Consta de 434 versos, al frente de los cuales figura una dedicatoria memorable, pues supone el reconocimiento por parte de Eliot de la grandeza literaria del personaje a cuyo criterio sometió el borrador de su obra más ambiciosa: el genial e irrepetible Ezra Pound, el Homero del siglo XX, nacido en Hailey, Idaho, Estados Unidos de América, en 1885 y muerto en Venecia en 1972, hace exactamente cincuenta años.…  Seguir leyendo »

Mi condiscípulo y amigo Ramón Mayrata ha dedicado buena parte de su vida al estudio de la magia en su acepción más lúdica, es decir, una magia perteneciente a la órbita del espectáculo, entendida como un juego de habilidades que despliega su capacidad seductora ante un público entregado con armas y bagajes a la Ilusión, su diosa bienamada. La palabra ‘ilusión’ procede del latín ‘illusio’, que a su vez deriva de ‘illusus’, participio del verbo ‘illudere’, ‘engañar’. De manera que toda ilusión es un engaño, pero si se trata de una ‘ilusión’ relacionada con esa magia amable e incapaz de hacer daño que es el ilusionismo, el engaño se convierte en alegre estupefacción, en pasmo gozoso para el espectador, que ha pagado una entrada para ser engañado, y que solo si el mago o ilusionista lo consigue sentirá que esa ‘paideia’ de continuos engaños que lo ha maleducado tendrá un final feliz.…  Seguir leyendo »

Willendorf es una aldea de unos novecientos habitantes ubicada en el distrito de Neunkirchen, en el estado de la Baja Austria. Nadie se acordaría de ella si el arqueólogo austríaco de origen húngaro Josef Szombathy no hubiese descubierto en su territorio, en 1908, una estatuilla de una figura femenina de poco más de once centímetros de altura, tallada en piedra caliza y tintada con ocre rojo, de más de veinte mil años de antigüedad. Una figura que pasa por ser la más famosa de la larga serie de idolillos femeninos de la fecundidad que se han encontrado en Europa y que se han dado en llamar Venus en honor de la diosa romana del amor, identificada con la griega Afrodita, por más que las tales estatuillas no sean precisamente bellezas desde nuestro punto de vista estético, que es heredero directo del que tenían los griegos y los romanos.…  Seguir leyendo »

El poeta romano Tito Lucrecio Caro vivió en la primera mitad del siglo I antes de Cristo y ejerció una poderosa influencia en Virgilio y Horacio. Los seis libros de su largo poema didáctico ‘De rerum natura’ convocan los manes de la filosofía de Epicuro y de la física atomista de Demócrito y Leucipo, padres del materialismo. Tan sospechosas complicidades trajeron consigo el anatema de los Padres de la Iglesia a partir de la cristianización del Imperio Romano y motivaron su absoluta desaparición de los scriptoria monacales a lo largo del Medievo. Hubo que esperar a 1417 para que el humanista Poggio Bracciolini encontrase una copia del poema en un monasterio alemán y lo recuperase para el acervo cultural europeo.…  Seguir leyendo »

Hace cincuenta años que el hombre pisó la Luna. Pero lo más importante de aquel paseo lunar del astronauta Neil Armstrong fue la posibilidad de ver por primera vez desde la Luna el planeta Tierra en su conjunto, con sus océanos y sus cordilleras y ese color azul tan particular, y hasta con su Gran Muralla china (si es que es verdadero y no legendario el hecho de que la impresionante fortificación levantada por el primer emperador, Qin Shi Huang, a finales del siglo III antes de Cristo, sea la única obra humana susceptible de contemplarse desde nuestro satélite). Desde entonces, esa visión introduce en nuestro pensamiento una idea de unidad orgánica terrestre que deja en mal lugar las rencillas tribales que han caracterizado nuestra historia hasta el presente y que, como el Eterno Femenino al final del «Fausto» de Goethe, nos impulsa hacia arriba y hace que nos planteemos por primera vez que la biología y la geología de nuestra esfera están íntimamente hermanadas, dando paso a una ciencia nueva que tanto tiene que ver con el viejo mito de la fraternidad universal: la ecología.…  Seguir leyendo »

Ramón Serrano Súñer aconsejó a Francisco Franco, al finalizar nuestra guerra fratricida, que hiciese de Sevilla la capital de España, dado que había sido fiel a los vencedores de la contienda desde un principio, cosa que no podía decirse de Madrid, que permaneció leal a la República hasta 1939. Franco no hizo caso a su cuñado, pero Sevilla siguió teniendo la vitola capitalina que siempre tuvo, pues es sin duda una de las poquísimas ciudades españolas que se merecen esa distinción. Y es que la historia de España no sería la misma sin la Hispalis romana, que antes fue la Spal tartesia y después la Isbiliya árabe, ni sin su impresionante trayectoria, que se vio enriquecida decisivamente a partir de 1492 con la misión americana, de la que fue protagonista.…  Seguir leyendo »

La última vez que jugué con Antonio Mingóte al juego de las preferencias en literatura, fue en septiembre de 2011, en Marbella, pocos meses antes de que el maestro nos dejara. Esos juegos son siempre divertidos. A veces se saldan con un tajante «no puedo quedarme con un solo nombre» o «me es imposible optar por un único autor», pero en la mayoría de las ocasiones dan pie a una sabrosa conversación en torno a las razones aducidas para elegir a tal o cual escritor y suponen gratas digresiones connotativas en el aburrido discurso denotativo cotidiano. Pues bien, en nuestro encuentro marbellí volví a formular al maestro una pregunta que ya le había hecho antes otras veces, y él volvió a contestarme, sin asomo de duda, que el primer y más alto escritor de las letras universales le parecía ser William Shakespeare, seguido muy de cerca, eso sí, por Cervantes, que podría ser manco por Lepanto pero no en el oficio de la escritura.…  Seguir leyendo »

Aristóteles, en el capítulo 9 de su Poética, escribe acerca de la Historia y la Poesía: «La misión del poeta no es tanto contar las cosas que realmente han sucedido cuanto narrar aquellas cosas que podrían haberlo hecho de acuerdo con la verosimilitud o la necesidad. El poeta y el historiador se distinguen en que el historiador cuenta los sucesos que realmente han acaecido, y el poeta los que podrían acaecer. Por eso la Poesía es más filosófica que la Historia y tiene un carácter más elevado que ella, ya que la Poesía cuenta sobre todo lo general, y la Historia lo particular».…  Seguir leyendo »

Don Antonio Fontán, marqués de Guadalcanal, acaba de apagar la luz de su alcoba y se ha marchado para siempre. Esa costumbre humana de morirse, tan arraigada en nuestra especie, ha hecho partícipe de su inútil victoria a mi querido maestro. Llevaba muchos años luchando con su corazón, que le había avisado hacía tiempo de la precariedad de todo. Pero hasta hace bien poco conducía su vida con absoluta normalidad, jugando al golf casi a diario, viéndose con frecuencia con sus numerosísimos amigos de la política, de la cultura, del periodismo, de la universidad, pilotando con mano experta, ayudado de Álvaro Lucas, su amada Nueva Revista, que acaba de cumplir veinte años y cuyo número conmemorativo de esa efeméride pudo tener, por suerte, Fontán entre las manos.…  Seguir leyendo »