La diferencia está en las instituciones
¿Qué hace falta para que un país crezca? ¿Petróleo, oro, recursos naturales? Esto es, a menudo, una maldición. ¿Mano de obra cualificada, trabajadora y eficiente? Ya nos vamos acercando. ¿Buenas escuelas, universidades excelentes, I+D…? Para ser un país próspero y con futuro hace falta gente que quiera trabajar mucho y bien, y que sepa hacerlo; otros que aporten máquinas, instalaciones y organización, es decir, que se atrevan a ahorrar y a invertir; otros que sepan organizar todo lo anterior, primero en las empresas y luego en la sociedad más amplia, en los distintos niveles de gobierno.
Y todo eso depende, claro, de las dotes personales de los trabajadores, directivos y gobernantes, pero también de la eficiencia de sus escuelas, de la innovación de sus empresas, de la confianza con la que nos lanzamos a estudiar durante años, con la esperanza de que encontraremos luego el lugar apropiado para ganarnos la vida; con la confianza de que no nos robarán el fruto de nuestro trabajo; de que, si pagamos nuestros impuestos justos, recibiremos a cambio protección e infraestructuras eficientes; de que la Administración funcionará, más o menos bien; de que los jueces respetarán el derecho; de que los políticos no serán corruptos y no nos robarán (demasiado)…
Sí, lo que estoy diciendo es que la diferencia entre Venezuela o Corea del Norte y España no está en sus recursos naturales o en el tamaño de sus empresas, sino en sus instituciones.… Seguir leyendo »