De árbitros y arbitrariedades
Era el primer día de clase de latín y la profesora entró en materia a bocajarro explicándonos que el latinajo “Roma locuta, causa finita”, significa que cuando el que manda ha pronunciado su conclusión sobre cualquier asunto, no hay más que discutir. Así dejó claro que en clase la última palabra la tenía ella. De paso, aprendimos que una de las cualidades del poder es esa: tener la potestad de decir la última palabra, que no es una más, sino la definitiva.
A quién otorgamos la facultad de cerrar un asunto dice mucho sobre nuestros procesos de decisión, nuestra organización social y política, las jerarquías.… Seguir leyendo »