Falso testimonio
Los textos más usuales del Catecismo incluían la prohibición de la mentira como octavo mandamiento, mientras que las versiones del Decálogo en el Antiguo Testamento se limitaban a prohibir el falso testimonio. Añadir la mentira en esa prohibición refleja un cierto proceso de regulación no solo de los actos externos sino de la conciencia íntima. Los falsos testimonios son acciones de carácter público, comprobables en alguna medida, mientras que las mentiras quedan más bien dentro del ámbito de la conciencia, pues sólo el mentiroso sabe con absoluta certeza que lo está siendo, si nos atenemos a una definición bastante clásica de mentira: «Decir lo contrario de lo que se piensa con intención de engañar».… Seguir leyendo »