Por Fred Halliday, profesor de relaciones internacionales de la London School of Economics (LA VANGUARDIA, 22/11/04):
El mes de noviembre del año 2004 marca el término de tres periodos de transición, de tres interregnos. En primer lugar, finaliza el periodo caracterizado por el escándalo moral y político -e ilegitimidad- de las elecciones presidenciales del año 2000 en Estados Unidos, en las que George W. Bush ganó la presidencia pese a obtener el segundo puesto en el voto popular. Con un mandato popular claro, y una mayoría más amplia en el Congreso, se consolida ahora como líder político. En segundo lugar, finaliza el interregno emanado del 11 de septiembre del 2001: las consecuencias de aquel acontecimiento fueron contradictorias: por una parte, la mayor sintonía y sentimiento de pesar que embargó al mundo con relación a Estados Unidos, acompañados de cierto esfuerzo más intenso por parte de Washington para articular un sistema internacional basado en la cooperación; por otra, las simplezas y necedades típicas del discurso sobre el eje del mal, que lleva aparejado el refuerzo del militarismo estadounidense en el mundo, el auge del nacionalismo norteamericano y el fortalecimiento -de forma muy antidemocrática- de la camarilla política en torno a Bush, en cuyo seno Cheney -en muchos aspectos el auténtico presidente de EE.UU.-… Seguir leyendo »