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Una vez descubiertas las andanzas patrimoniales y fiscales del Rey Emérito (que tanto se asemejan a la de otros personajes de su generación como el ex president Pujol) y aceptada por Don Juan Carlos I la única solución posible, es decir, apartarse de toda tarea institucional y abandonar España, la pregunta que podemos hacernos es la de si merece la pena conservar la Monarquía como institución central de la Constitución; y, si la respuesta es positiva, qué reformas habría que hacer.

Es indudable el interés político que tiene para algunos partidos utilizar el enriquecimiento patrimonial en negro del Rey Juan Carlos I, al margen de cualquier vía institucional o legal, para impulsar la idea de que la monarquía –«los Borbones»– es, por definición, corrupta y antidemocrática.…  Seguir leyendo »

«Para que estés tranquilo, me voy», le dijo el Rey Juan Carlos al Rey Felipe. «Y también para estar tranquilo yo», añadió. Y se fue de su casa. La reunión se produjo en el despacho del Rey, donde Felipe le convocó, no en comedor, no en un paseo, en su despacho oficial. Al entrar, JC observó que estaba también Jaime Alfonsín, Jefe de la Casa, que fue quien tomó la palabra y le indicó que debía abandonar La Zarzuela porque así se lo había indicado la vicepresidenta del Gobierno. Un hombre de 82 años, acribillado a costuras por las más diversas intervenciones quirúrgicas, con limitaciones de movilidad -tiene que ser auxiliado para entrar o salir de los sitios-, y con un innegable regusto amargo acumulado por cada día vivido bajo presión, dejó hace unos días la que fue su casa durante más de cincuenta años.…  Seguir leyendo »

Majestad,

No le escribo como amiga -que no lo soy del Rey-, pero sí escribo al Rey amigo, porque un Rey ha de ser amigo, y lo es, de todos sus connacionales, sin excepción ni acepción de personas. Y aunque el monarca deje de reinar, no por ello deja de querer..., y ser querido. Por tanto, Majestad, van estas letras desde el afecto sincero, como sincera fue mi libertad de crítica cuantas veces hube de afilar la pluma para censurar alguna de sus actuaciones. Pero también le escribo desde la perplejidad por su marcha y por la forma en que se nos ha dado a conocer.…  Seguir leyendo »

En la cultura popular norteamericana se hizo popular la frase Elvis has left the building –Elvis ha abandonado el edificio– para indicar que el rey del rock había finalizado su actuación y que las multitudes que lo aclamaban ya no iban a seguir disfrutando de sus canciones en directo.

Utilizada posteriormente en múltiples contextos, no marcaba el final del espectáculo, sino que fue un subterfugio para que los artistas que compartían cartel con Elvis pudieran continuar tras su recital. Es decir, Horace Logan, fundador del Louisiana Hayride, quería garantizar que las enfervorecidas masas se calmaran y que el show pudiera continuar.…  Seguir leyendo »

El anuncio de la salida de España de Juan Carlos I, Rey entre 1975 y 2014, era bastante previsible. Muchas noticias y rumores de las últimas semanas apuntaban a ello. La decisión era, sin duda, inevitable. Quizás se puede discutir si hubiese sido más adecuado un abandono del Palacio de la Zarzuela como paso previo a la instalación en otro país. Pero, en cualquier caso, había que hacerlo. No se sabe, mientras escribo esta tribuna, dónde va a vivir temporalmente el Rey Emérito, pero en mi modesta opinión no sería recomendable que fuese en un Estado no europeo.

El anuncio del pasado lunes, 3 de agosto, tiene un alto valor simbólico.…  Seguir leyendo »

Vicios privados, virtudes públicas

Decía Adolfo Suárez que a veces al rey Juan Carlos había que protegerlo de sí mismo. Por lo general, aquellos que lo intentaron acabaron mal. El propio Suárez, tan sensible a la “retórica de la cordialidad”, como dijo Leopoldo Calvo-Sotelo, notó a lo largo de 1980 una creciente frialdad en el trato de quien fuera su amigo y valedor en años muy difíciles, que parecieron unir sus destinos para siempre. Las razones que deterioraron su relación hasta hacer casi imposible la convivencia institucional tienen poco que ver con las que, mucho tiempo después, empujaron a Juan Carlos I a abdicar como rey y las que, finalmente, le han llevado a abandonar España.…  Seguir leyendo »

Se me parte el alma de ver a quien durante años ha sido el Rey de todos los españoles despojado de la presunción de inocencia, del agradecimiento debido a su legado histórico, incluso del mínimo respeto a su dignidad personal, hasta llegar al extremo de abandonar su propio país, generoso y poniéndose a disposición de la Justicia, mientras los que no han hecho nada por nadie le gritan «cobarde no huyas» desde las redes manejadas por esos que llevan lustros urdiendo un plan para acabar, digámoslo de una vez, con España.

Saben que para destruirla primero han de acabar con la Corona, con la Constitución, con la independencia judicial, con la separación de poderes, con la libertad y pluralidad informativas, con las CC.AA.…  Seguir leyendo »

Retrato del rey emérito Juan Carlos I de España. Credit Jon Nazca/Reuters

Juan Carlos I de España se ha dirigido por carta a su hijo, el rey Felipe VI, para comunicarle su decisión de abandonar España. El exsoberano ha tomado la resolución bajo graves y persistentes acusaciones de corrupción. Su reinado (1975- 2014) cierra un ciclo histórico de casi cuarenta años en el que su popularidad ha ido de más a menos. Con su salida del país Juan Carlos I intenta facilitar la regencia de su hijo, el actual Felipe VI, en un momento de crisis económica y creciente desconfianza hacia la monarquía.

Nadie habría podido pensar que la historia, aunque con diferentes matices, se iba a repetir.…  Seguir leyendo »

El entonces Príncipe de Asturias (D) conversa con su padre, Don Juan (I), en "Villa Giralda", residencia del conde de Barcelona en Portugal. EFE

Hace ya un mes que el entorno del Rey padre conocía la decisión de Don Juan Carlos de instalarse durante algún tiempo fuera de España, con el fin de que Felipe VI pueda mantener la estabilidad institucional sin los acosos de escándalos familiares. En Moncloa sabían también la posición de Don Juan Carlos y tal vez demostraron escasa prudencia al filtrarla a medios afines.

El pasado 20 de noviembre, hace ya ocho meses, anticipé en este periódico lo que iba a ocurrir: «Como el Rey es el eje del sistema de la Transición, un sector de la izquierda española está almacenando datos para generar un gran escándalo económico en torno a Juan Carlos I, con el fin de fragilizar la estabilidad de Felipe VI.…  Seguir leyendo »

Después de Juan Carlos I: la Institución, ocupada en este momento por su hijo Felipe VI. Así que no lancemos las campanas fúnebres al vuelo, ya que no ha ocurrido nada que no hayamos visto en otros países. Por ejemplo, en Francia, donde Chirac y Sarkozy, ambos jefes de Estado, comparecieron ante los tribunales por irregularidades fiscales. Por no citar el caso Watergate. En ninguno de estos acontecimientos se vieron afectadas las instituciones. Al contrario, en el caso de España se puede presumir de un control exhaustivo que desde distintos contrapesos se ejerce sobre el poder, partiendo de que a día de hoy todavía no hay nada concreto contra Don Juan Carlos.…  Seguir leyendo »

El Rey solo

Era una medida irremediable que difícilmente servirá de remedio. Si acaso, como una forma de comprar tiempo, una tregua para facilitar a la Corona, como dice el comunicado oficial, un cierto sosiego. Pero el exilio, que de eso se trata, no detendrá la montería política porque la pieza que los cazadores quieren cobrar no es el Rey Emérito. Y tampoco va a colar que se trata de una decisión propia porque el Gobierno se ha encargado de difundir sus presiones a los cuatro vientos. Es un desahucio que el propio Gabinete ha vinculado, con inaceptable frivolidad, a su necesidad de aplacar a los socios republicanos en la negociación de los presupuestos.…  Seguir leyendo »

El Rey Juan Carlos se va, no lo echan. Es un nuevo servicio que hace a España, a la democracia y al orden constitucional. Eso es con lo que nos tenemos que quedar, con esa demostrada capacidad de sacrificio: a pesar de los numerosos errores acaba cumpliendo con su responsabilidad.

La izquierda comunista y populista pretende aprovechar el árbol caído para desautorizar el papel de Juan Carlos desde 1975, tachar de engaño la Transición y deslegitimar la democracia liberal que tanto costó construir. Además, a esa misma izquierda le vendrá muy bien el final de este episodio lamentable de los Borbones para tapar sus escándalos personales, políticos y de financiación opaca.…  Seguir leyendo »

«El derecho es para la libertad y no la libertad para el Derecho». Estas palabras pronunciadas por Cicerón han guiado, desde hace mucho, todo aquello que para mí no es estrictamente personal. Aunque para muchos de mis colegas la norma jurídica es el fin último de sus desvelos (lo cual es de agradecer), para mí el Derecho siempre será una ciencia al servicio de la libertad de los ciudadanos. Así pensé que debía escribir sobre el extraño contrato de donación firmado por el Rey Juan Carlos y Corinna zu Sayn-Wittgenstein. La primera vez que lo leí mi impresión fue que no iba a pasar a los anales del Derecho por ser una joya jurídica, sino quizá por todo lo contrario.…  Seguir leyendo »

Durante la elaboración de la Constitución, el PSOE, por iniciativa de Gregorio Peces-Barba, tuvo la magnífica idea de convocar el 17 de enero de 1978 a un grupo selecto de catedráticos de Derecho, algunos no socialistas, para que aconsejaran ante la redacción de la Norma Fundamental, que ya estaba muy avanzada. Fue una reunión apasionante y muy provechosa por las ideas o por las críticas que allí se vertieron. Uno de los temas abordados hoy está de actualidad. Quienes dirigieron el debate, se negaron a discutir su significado y, en consecuencia, ahora estamos en el atolladero.

Veamos. Un conocido catedrático de Derecho Penal expuso que, desde su punto de vista, era un error incluir en la Constitución el artículo que sería después el 56.3, en el cual se afirma que «la persona del Rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad».…  Seguir leyendo »

¿Para qué sirve un rey? Esta no es una pregunta capciosa y es lícito que se la hagan los ciudadanos de un país democrático. Al propio don Juan Carlos, cuyo patrimonio está siendo investigado por la Fiscalía del Tribunal Supremo y sobre el que se vierten ahora acusaciones que empañan su antiguo prestigio, le escuché muchas veces que la monarquía subsistiría solo a condición de ser útil. Habida cuenta de las informaciones recientes sobre su persona, podríamos suponer que su abdicación se produjo precisamente porque él mismo concluyó que su permanencia en el trono no beneficiaba ni a la continuidad del Estado ni a la de la dinastía.…  Seguir leyendo »

Es éste un tiempo de zozobra y de incertidumbre y el artificial debate abierto sobre el futuro de la Monarquía resulta perturbador, efectivamente. Una inquietud provocada, sobre todo, por la falta de lealtad constitucional evidente del partido Podemos en el Gobierno; y por la ausencia de apoyo, claro y rotundo, del presidente del Gobierno a Felipe VI y a la Monarquía constitucional. Parece como si se pretendiera que el Rey hijo se enfrentara al Rey padre en una lucha shakesperiana como la descrita en la tragedia del Rey Lear. «El amor se enfría, la amistad se disuelve, los hermanos se dividen.…  Seguir leyendo »

Lo que está sucediendo con la persona del Rey padre, S.M. D. Juan Carlos I, merece algunas reflexiones jurídicas y hasta otras de distinta índole. En primer lugar, proliferan noticias sobre la conducta del que ha sido Rey de España, cuyo fundamento u origen esencial está en una grabación producida sobre la conversación entre un comisario de Policía en prisión provisional y formalmente acusado de graves delitos de corrupción y una titulada «princesa europea», cuyas andanzas sociales nadie podría calificar de virtuosas. Los jueces en general y más los de lo penal han de valorar la credibilidad de los testigos y tampoco parece que haya dudas respecto a que la de los dos personajes apuntados está bajo mínimos.…  Seguir leyendo »

De la prima de riesgo al coronavirus y del coronavirus a la Corona española. Nada ni nadie nos para. «De qué se habla que doy mi veredicto». No es que pongamos nuestras dudas respecto a los acontecimientos de más actualidad; es que damos nuestro dictamen sin encomendarnos ni a Dios ni al diablo. Estábamos seguros de que en verano el coronavirus haría mutis por el foro. No había conversación en la que se hablara de la pandemia en la que no se nos animara con la seguridad de que el calor alejaría el virus de nuestro entorno. «Si pasa con el virus de la gripe, por qué no iba a pasar con la Covid-19».…  Seguir leyendo »

Muchísimas cosas, desde que el hombre tomó conciencia de sí, pueden resultar para unos y son para otros -depende de la perspectiva, el grado y la proporción- inquietantes y perturbadoras. Tiremos del Diccionario para subrayar el significado de estos adjetivos. Inquietante, que quita el sosiego o causa desazón. Perturbador, que trastorna el orden y concierto, o la quietud y la paz de algo o alguien.

Pedro Sánchez, en este momento de su vida, no es un ciudadano más, es el presidente del Gobierno, jefe del poder ejecutivo del Estado central. Desde esa posición institucional y responsabilidad política altísimas, y, para mayor inri, en presencia de un jefe de gobierno extranjero, ha empleado alucinantemente aquellos inquietantes y perturbadores adjetivos para casi «performar» una condena sobre el Rey Don Juan Carlos ante la opinión pública nacional.…  Seguir leyendo »

En el ajedrez existen dos figuras importantes: el rey y la reina. La peculiar partida emprendida entre Corinna Larsen y Juan Carlos de Borbón comenzó con un Rey verdadero (Juan Carlos I) y una falsa princesa (Corinna Zu Sayn-Wittgenstein). Con el paso del tiempo el juego del amor derivó, cariños aparte, en todo tipo de negocios, presuntas comisiones millonarias  y más de un movimiento fatal de las figuras, como fueron las cacerías africanas con rotura de cadera incluida, lo que desencadenó el declive del anciano monarca y su posterior abdicación.

En la actualidad seguimos asistiendo estupefactos a este juego fatídico entre dos monarcas encadenados (Felipe y Juan Carlos) y una examante más que despechada que, al margen de su destreza, demuestra un maquiavelismo sutil en cada movimiento que realiza.…  Seguir leyendo »