Intelectuales

La voz augusta

Fue el secretario general del Comité Central de la URSS, o jefe del Kremlin, Leónidas Brezhnev, quien decidió poner fin a la Primavera de Praga, como se llamó a esa demostración de un socialismo abierto y plural, de jóvenes que podían anteponerse a los viejos carcamales que se limitaban a seguir y a respaldar todas las directrices de Moscú. Este periodo, a finales de los años sesenta, dio una gran popularidad a Checoslovaquia, pues participaron muchos intelectuales y pareció que las masas acudían a secundarlos. Brezhnev procuró que la URSS no estuviera sola en el cometido de aplastar el experimento del socialismo en libertad y enviar un mensaje contundente a todo el bloque soviético, sino acompañada de Polonia, Bulgaria y Hungría, en agosto de 1968.…  Seguir leyendo »

Merecedor desde hacía décadas de un premio Nobel errático que nunca llegó, novelista y ensayista de una importancia e influencia descomunal en nuestra época, Milan Kundera, fallecido ayer en París a los 94 años, sería junto al presidente de la República Checa una vez llegada la democracia, el gran intelectual y dramaturgo Vaclav Hável, autor de 'El poder de los sin poder'; junto al igualmente novelista húngaro, disidente del comunismo, György Konrád, o junto al periodista polaco, premio Princesa de Asturias de la Comunicación y Humanidades 2022, el luchador eterno por las libertades Adam Michnik, de los más insustituibles emblemas de la Europa Central en los que muchos, hasta la caída del Muro, se reflejarían durante la que sería la larga noche del comunismo en sus respectivos países.…  Seguir leyendo »

Nuccio Ordine ha muerto hace unos días. Inoportuna e inopinadamente. Algunos seguíamos sus escritos y esperábamos su visita para recoger el premio Princesa de Asturias, con el que fue galardonado hace pocas semanas. Inexplicablemente, con unos vigorosos y fructíferos 64 años, de un día para otro, Nuccio se ha callado.

Ordine escribió lo que muchos sabíamos y compartimos, que lo inútil es importante, y lo hizo en el modo excelso de ese pequeño manual que se llama La utilidad de la inútil, donde lo inútil, dice, es todo aquel saber cuyo valor escapa a cualquier fin utilitarista. Inútil es lo que no se subordina a la lógica del éxito económico, lo que engrandece nuestro espíritu, lo que nos cultiva, lo que nos hace, como diría Michel Foucault, individuales obras de arte.…  Seguir leyendo »

EL pasado 27 de abril se cumplió el 85 aniversario de la muerte de Antonio Gramsci, fundador del Partido Comunista Italiano y autor de los 'Cuadernos de la cárcel', una de las obras cumbre del marxismo occidental. Desde hace algunos años nuestro país vive un renovado interés editorial por la figura de Gramsci, que culminará con la primera traducción íntegra de los Cuadernos a cargo de la editorial Akal. Habría que remontarse hasta la Transición para encontrar otro 'momento gramsciano' semejante en lo que se refiere a circulación de antologías, biografías y libros sobre el revolucionario sardo. Y el mérito debe atribuirse casi en exclusiva a los fundadores de Podemos, que han jugado un papel clave en el redescubrimiento de Gramsci.…  Seguir leyendo »

Gregorio Marañón, Muñoz Rojas, José María de Cossío, Dámaso Alonso, Luis Rosales, entre otros, en una imagen tomada el 5 mayo de 1964.ARCHIVO HISTÓRICO NACIONAL

A veces he usado esta carta de 1948 en mis clases para ilustrar cómo la lengua de la escritura epistolar puede asemejarse a una conversación. Dos poetas españoles, que vivían en España en la misma ciudad, se cruzaron alguna carta cuando uno de ellos pasaba unos meses como invitado en Estados Unidos. El filólogo Dámaso Alonso (1898-1990) se dirige desde la Universidad de Yale a su amigo Luis Rosales (1910-1992) y, amparado en la confianza mutua, le atiza nada más empezar la carta: “Pero hombre, ¿hasta cuándo te vas a estar cayendo de la bici?”. A renglón seguido, añade: “Ayer, no, anteayer, estuve en Boston comiendo con Paquito”.…  Seguir leyendo »

Edwards, el intelectual valiente

Nada más culminar su periodo como embajador chileno en París, Jorge Edwards decidió poner en marcha un proyecto vital mucho tiempo acariciado y que se lo confesó en Ginebra a quien escribe estas líneas. Vivir en Madrid. «Antes de hacerme viejo», puntualizó. Acababa de cumplir 83 años. No había asomo de coquetería en la frase ni era una boutade. Era la expresión de su vitalismo y sus ganas de continuar escribiendo y disfrutando de la vida, aunque ello significara empezar la que sería su última etapa al otro extremo de su Santiago de Chile natal, en una ciudad en la que ya había vivido por temporadas y a la que amaba quizá tanto o más que París, y donde pasó sus últimos años, con un breve interludio en el que regresó, por motivos de salud, a Chile.…  Seguir leyendo »

La inferioridad de los intelectuales españoles

El intelectual es, ante todo, una paradoja. Por un lado, siempre ha sido difícil definir esta palabra. Incluso hoy en día, cuando llevamos 130 años usándola en su sentido moderno, la mayoría de conversaciones sobre el tema desembocan en una pregunta: «Pero, a ver, ¿qué entendemos por intelectual?». Ortega acertó cuando se refirió a este término como «la palabra ambigua». Pero, por otro lado, hemos hablado mucho sobre los intelectuales. Han corrido ríos de tinta para señalar sus deberes, sus traiciones, sus silencios, su decadencia. La ambigüedad de la palabra no ha impedido que a su alrededor se fueran sedimentando toda una serie de ideas; ideas que dicen mucho sobre nuestra cultura.…  Seguir leyendo »

Detecto confusión. La complejidad, signo de los tiempos, precisa de modelos cuyo requisito principal es la confianza en la autoorganización. Y si se trata de sistemas sociales, que son los que aquí nos importan, esa confianza es incompatible con las almas autoritarias, con las recetas simples, con las concepciones lineales del mundo. Con lo que Antonio Escohotado llamó, en fin, «el orden de la orden» ('Caos y orden', 2000).

Nuestra izquierda, que ya es toda extrema si tomamos como referencia los principios de la democracia liberal y el libre mercado, debe más de lo que sabe al arbitrismo de ensoñación. Por eso aquí el influjo del marxismo sobre las élites culturales caló más hondo.…  Seguir leyendo »

El peligro de los intelectuales

Sin darse cuenta, uno llega a una edad en la que le cae la etiqueta de «referente». En estos casos, reacciono como Arcadi Espada cuando le llamaron «fascista» en mi universidad: me vuelvo en busca del referente, a ver si me guía a mí también, para acabar descubriendo que el referente soy yo. La situación me incomoda. A diferencia de Sánchez, no aspiro al mármol. A duras penas me veo capaz de gestionar mis tribulaciones, como para ser ejemplo de nada.

Peor es cuando me llaman «intelectual». En este caso, la desazón tiene una raíz -si me permiten- intelectual. Viene de antiguo, de aquellos años en los que la izquierda, para dar lustre a sus intelectuales decorativos, popularizó el sintagma «alianza de las fuerzas del trabajo y de la cultura».…  Seguir leyendo »

Nostramo Guillén

Las voces náuticas 'nostramo' y también 'nostromo' pertenecen a esa 'lingua franca' mediterránea y marinera que pareció eterna pero cuyos últimos coletazos no han sobrepasado el siglo XX. Con ellas se designaba al contramaestre y ambas son contracciones de la respetuosa expresión 'nuestro amo', de la misma manera que 'monsieur' lo es, en tierra y entre franceses, de 'mi señor'.

Julio Guillén Tato la elevó a referencia lingüística a través de los deliciosos cuentos marineros: 'Nostramo Lourido', que junto con una bien cortada pluma para el relato histórico y un estilo directo, claro y de médula literaria tanto tuvieron que ver en su nominación para el sillón 'e' de 'La Española' en 1963.…  Seguir leyendo »

La magnitud de Enzensberger

Hace veinte años Hans Magnus Enzensberger (1929-2022) recibía el Premio Príncipe de Asturias de manos del actual Rey Felipe VI. Ensayista, poeta, viajero, traductor de García Lorca, reportero, pedagogo, crítico literario, editor de la revista 'Transatlantic' fue un activista de la lucidez, el último mohicano del librepensamiento. Integrante del Gruppo 47 con Heinrich Böll, Günter Grass o Martin Walser, el polígrafo bávaro se desmarcó del comunismo, ese infierno camuflado bajo la utopía.

Fallecido el pasado 24 de noviembre en Múnich, Enzensberger nos enseñó a equivocarnos por cuenta propia: mirada crítica e insobornable, cual vacuna contra la corrección política.

Su trayecto bibliográfico, más de una veintena de títulos, depara mucho y muy bueno.…  Seguir leyendo »

En el otoño del año 1500, uno de los humanistas más respetados de su tiempo viajó a Granada. Su paso por la ciudad conquistada fue efímero y se dice que no le impresionó demasiado: apenas tuvo tiempo de despachar algunos asuntos urgentes antes de retornar al Norte, sin duda abrumado por las costumbres foráneas del antiguo reino nazarí. Aunque el viaje de Antonio de Nebrija a Granada es conjetural (algún biógrafo sugiere que pudo coincidir con la presencia de la Corte en la Alhambra), una década después de su muerte sus hijos fundarían allí una imprenta con la que contribuyeron a difundir su legado y, también, su rostro más conocido: el sello estampado en cada ejemplar representaba a un Nebrija de cabello recio apresado en un birrete, nariz recta y ojos grandes, la cabeza erguida de quien se sabe asistido de la razón.…  Seguir leyendo »

La política y los «virtuosos»

Asqueado por la mediocridad del ambiente, por los tiras y aflojas, las descalificaciones y las condenas entre facciones del Gobierno, y no menos por los insultos a la judicatura y a quienes no les dicen «sí, bwana» de personas indocumentadas que hace pocos años no hubiesen soñado con sus posiciones de hoy, he vuelto al huerto de los clásicos, que dan menos disgustos.

Conocemos desde Platón y Aristóteles, muy lejos en el tiempo y tan cercanos, la búsqueda de las bondades del Gobierno de los «virtuosos», que desemboca en las reflexiones más recientes sobre la responsabilidad de los intelectuales en la política, que serían los «virtuosos» de hoy.…  Seguir leyendo »

Bajo el modelo social del capitalismo, la posibilidad de una vida intelectual parece hoy irremisiblemente atravesada por elementos como la productividad, la proyección pública y algún grado de institucionalización. La combinación de estos tres componentes somete a los sujetos a demandas que no pueden nunca dar por satisfechas y tiene efectos precarizadores que van más allá de sus aspectos contractuales, que tanto agravan el sufrimiento. De este modo, la sensación de no producir nunca lo suficiente (ni en cantidad ni en calidad), de no recibir la atención adecuada y de no ocupar el espacio que se merecería, acompañan también a personas con una posición objetivamente consolidada en el sistema.…  Seguir leyendo »

En la izquierda deberían haberse encendido hace tiempo las luces de alarma ante la imparable desafección de sus intelectuales de referencia. "El último, que apague la luz", podría decirse parafraseando el célebre relato de Mario Benedetti. En dicho proceso de alejamiento suele pasarse por varios estadios de penitencia.

El primer paso consiste en experimentar alguna discrepancia puramente incidental con el núcleo de las ideas. El adepto tendrá entonces la oportunidad de sorprenderse con la virulencia con la que su discrepancia es acogida por los guardianes de la ortodoxia. Contra lo que hubiera podido esperarse, lo único que consiguen dichos ataques es abrir aún más la brecha, hasta el punto de que ahora la perspectiva se centra en los propios fundamentos sobre los que se sostiene la ideología.…  Seguir leyendo »

Américo Castro: cincuenta años después

Hace hoy exactamente cincuenta años. Es el 25 de julio de 1972, es decir, el día de Santiago (precisamente el día de Santiago). Un anciano solitario que se aloja en el hotel Rigat Park de Lloret de Mar baja a la playa de Fanals. Cuando ya se ha internado en el mar y está nadando sufre un desvanecimiento. Unos bañistas consiguen rescatarlo y lo trasladan a un hospital de la localidad, en el que, al poco, un médico certifica su fallecimiento debido a «asfixia por sumersión» tras haber sufrido un colapso cardiaco. La documentación hallada en sus ropas permite identificarlo: Américo Castro Quesada, de 87 años.…  Seguir leyendo »

El filólogo, historiador y crítico literario español Américo Castro.

25 de julio de 1972. Un anciano de 87 años sale del Hotel Rigat Park y se adentra en las aguas de la playa de Fenals, en Lloret de Mar. Tras unos minutos nadando se siente mal; pese a ser rescatado, muere poco después. Ese anciano era Américo Castro, nombre mayor de la vida intelectual hispánica del siglo XX.

Sin la Guerra Civil de 1936 la vida de Castro hubiera sido muy otra. Nacido en Brasil, hijo de emigrantes granadinos, llegó a España con cuatro años. En Granada se licenció en Derecho y Filosofía y Letras; marchó a París y amplió estudios en la Sorbona en una fase crucial de su formación.…  Seguir leyendo »

En recuerdo de Claro Fernández-Carnicero, hombre de bien.

Francisco Ayala, nuestro gran literato, fue también letrado del Congreso de los Diputados y, de un modo u otro, ejerció de tal casi hasta su muerte el 3 de noviembre de 2009. Entró a prestar sus servicios en la Cámara en 1932. Formó parte de una promoción en la que coincidió con personalidades tan descollantes y de trayectoria vital tan diferente como Gaspar Bayón, José Madina, Joaquín Rodríguez y Jesús Rubio. Compatibilizándolo con sus tareas universitarias y literarias, algo con enorme tradición entre los letrados de las Cortes Generales, pronto se incorporó al quehacer parlamentario republicano, que observa con agudeza y cierto distanciamiento.…  Seguir leyendo »

Este artículo también podría titularse «el mosquito contra el elefante», que, según Stefan Zweig, es la frase manuscrita por Castellio en el ejemplar de su famosa diatriba contra Calvino por haber ordenado la muerte de Miguel Servet. Lo digo porque yo soy un mosquito intelectual y voy a criticar a un elefante del pensamiento como es Jean-Paul Sartre. Apoyándome eso sí en alguien que lo conoció muy bien y tiene, como poco, su misma talla intelectual.

Adelanto el motivo de mi crítica. Pienso que un verdadero intelectual tiene que tener un compromiso absoluto con la verdad política. No existe razón alguna que justifique que un intelectual comprometido con la libertad pueda omitir la verdad, restringirla y mucho menos adulterarla.…  Seguir leyendo »

El mundillo literario español ha sido siempre muy aficionado a confundir la anécdota con la categoría. Ha ocurrido en todas las épocas de nuestra historia, y sigue ocurriendo en nuestros días. La estrategia del reduccionismo sigue siendo lo habitual en los parámetros de nuestros cráneos privilegiados, instalados hoy en la práctica del hojeo (u ojeo) y no en la de la lectura silenciosa y concienzuda. Aquí pasó lo de siempre dice Federico García Lorca en uno de sus muchos poemas memorables. Pasó lo de siempre una vez más a la hora de calibrar y poner en su justo sitio la dimensión intelectual y moral de una obra como la de Fernando Fernán-Gómez.…  Seguir leyendo »