La Moncloa bien vale una coleta
William Shakespeare inmortalizó el percance por el que Ricardo III, cuando parecía tener todo el poder bajo su puño, no sólo malogró el reino del que se había adueñado por medio de atrocidades y crímenes sin límite, sino una vida poblada de demonios interiores. "Un caballo, un caballo, mi reino por un caballo", resume la impotencia de aquel soberano, exento de escrúpulos y miramientos, que fallecería el 22 de agosto de 1495 en la batalla de Bosworth cuando bregaba contra las huestes de Enrique Tudor, pretendiente a la Corona de Inglaterra.
Ante el avance de las tropas del conde de Richmond, el monarca ordena furioso que comprueben si su corcel favorito está presto para acudir al combate.… Seguir leyendo »