Muy generosísimo maestro
En el Quijote un personaje encomia un “muy sabrosísimo queso” y otro habla de sus lágrimas de “muy alegrísimo contento”. Lo más probable es que Cervantes nunca escribiera esas frases. En el español actual, decir de algo que es muy carísimo o muy penosísimo no es correcto desde el punto de vista normativo, pero en la lengua hablada de aquí y de allá es posible toparse con esta construcción de muy con ísimo sin mayor problema. A inicios del siglo XVII, cuando se imprimen las dos partes del gran libro de nuestra literatura, esa forma de superlación acabada en ísimo todavía se estaba asentando en el idioma y no se veía tan claro como hoy que algo carísimo es más caro que muy caro.… Seguir leyendo »