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En 1867, durante la inauguración de la Exposición Universal que se celebró en París, el diputado republicano Charles Floquet saltó sobre el carruaje que llevaba al emperador Napoleón III y al zar de Rusia, Alejandro III, y gritó al zar a la cara: «¡Viva Polonia, Señor!». La principal ofensa se debe a ese «Señor», que negaba al soberano ruso cualquier tratamiento de respeto. Este espectacular gesto de Floquet era una protesta contra la represión de una revuelta republicana en Varsovia por parte del Ejército ruso. Los patriotas polacos que exigían su independencia (entre ellos mi abuelo, al que unos cosacos habían roto las dos piernas) esperaban, en vano, la intervención de Francia, de la que los liberales como Floquet eran partidarios.…  Seguir leyendo »

¿Matará el virus al liberalismo?

Una de las derivadas más sorprendentes de la pandemia es la afirmación, hecha por algunos, sobre el poder destructor del Covid-19 de las instituciones: desde la democracia, al liberalismo, pasando por el capitalismo y la libertad.

Ahora bien, a lo que no mata es al Estado; al contrario. El gran maestro Rodríguez Braun lo ha expuesto en varias columnas en este periódico. Es incuestionable -nos dice el profesor- que "las crisis animan a los recelosos de la libertad, desactivan la resistencia popular ante las incursiones del poder y facilitan la propagación del pensamiento mágico que nos promete soluciones eficientes, que están al alcance de la mano, con tan solo aceptar las recetas antiliberales de toda la vida".…  Seguir leyendo »

Empieza la cuenta atrás. La extrema izquierda ya está en el Gobierno. Cada semana que pasa, el social-comunismo español teje más intereses y toma más control sobre el Estado. No son temas banales, por mucho que se disfracen de ensueños "del pueblo" tutelados por papá Estado. Ay de aquellos socialistas moderados, ya diluidos bajo su líder a los pies del camarada morado, mucho más espabilado y peligroso.

El efecto rebote no iba a ser menos: de extrema izquierda a extrema derecha y tiran porque les toca. Los turbios años de la Europa convulsa empiezan a vislumbrarse de nuevo; Orban, Le Pen, Salvini, Andrzej Duda, grupos como Ley y Justicia, el Brasil de Bolsonaro.…  Seguir leyendo »

El bicentenario que nadie quiere celebrar

Ninguna serie de televisión sería tan trepidante y dramática como esta. Fíjense simplemente en el menú de la Primera Temporada.

Episodio primero: La Arenga.- El coronel Riego, un joven lampiño de armoniosas facciones, arenga a una selva de barbas y mostachos, montado sobre su caballo blanco, con un sable curvo pendiente de sus tirantes blancos de charol. A su lado hay un perro de lanas blanco. Su adjunto, el capitán Rabadán, ve en él a "un hombre enviado del cielo para romper las cadenas de la Patria".

Es el 1 de enero de 1820 en la encalada plaza de Las Cabezas de San Juan.…  Seguir leyendo »

Al final de la Guerra Fría, el politólogo Francis Fukuyama escribió un famoso ensayo titulado “The End of History?” [¿El fin de la historia?], donde sostuvo que el derrumbe del comunismo eliminaría el último obstáculo que separaba al mundo de su destino de democracia liberal y economía de mercado. Muchos estuvieron de acuerdo.

Hoy, ante una retirada del orden mundial liberal basado en reglas, con autócratas y demagogos al mando de países que albergan mucho más de la mitad de la población mundial, la idea de Fukuyama parece anticuada e ingenua. Pero esa idea aportó sustento a la doctrina económica neoliberal que prevaleció los últimos cuarenta años.…  Seguir leyendo »

El pasado febrero, en el discurso de clausura de la convención del Partido Socialista Europeo, Pedro Sánchez apuntó: "Dejemos de llamar liberal a quien no es liberal", en palmaria alusión a Ciudadanos -que, desde su fundación, se ha definido como liberal- y al PP -que se denomina liberal conservador-. Y, poco después de esa arenga, Cs presentaba su "feminismo liberal" ondeando el lema "Soy liberal" de Clara Campoamor. Al hilo de esta suerte de disputas semánticas, en que unos y otros reivindican y proclaman su comunión con el liberalismo, hace muy al caso preguntarse quiénes, hoy por hoy, son los liberales.…  Seguir leyendo »

Slovakia’s new president, Zuzana Caputova, reviewing the guard of honor during her inauguration ceremony in Bratislava in June. Credit Vladimir Simicek/Agence France-Presse — Getty Images

While most eyes are fixed on Iran and China, the competition between the liberal international order and the populist demagogues who threaten it has taken an unexpected turn. In a seemingly unlikely region, a rear-guard action has quietly begun to challenge the “populist surge.”

With Britain seemingly on the verge of Brexit and Donald Trump something of a global albatross, some analysts have written off liberalism. But others have kept faith that liberalism remains strong, and that they still expect a “backlash to the backlash” to emerge in Western Europe.

They may be right. Intriguing developments are taking place, but not necessarily in the West.…  Seguir leyendo »

Otra victoria del liberalismo

Después de veinte años de negociaciones, la Unión Europea y Mercosur han anunciado un acuerdo de libre comercio. ¿Por qué se ha necesitado tanto tiempo para concluir -si los Estados ratifican el pacto- lo que será un buen negocio tanto para los países europeos como para Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay, los cuatro países de Latinoamérica implicados? Resulta que, por un lado, están la ciencia y la experiencia económica, y por el otro, intereses privados a veces caricaturizados con el término lobby. Pero ambos son legítimos y respetables.

En primer lugar, la ciencia. Desde la publicación de «La riqueza de las naciones» del escocés Adam Smith en 1769, sabemos que el comercio internacional no es un juego de suma cero, sino que enriquece a todos los socios; es el milagro de la división del trabajo.…  Seguir leyendo »

El liberalismo surgió a finales del siglo XVIII como una doctrina filosófico-económica y política, un resultado natural de la Ilustración y en claro enfrentamiento con el absolutismo monárquico, religioso y militar; su base esencial era la defensa de la libertad individual y el predominio de la razón sobre las supercherías atávicas.

Aunque la fortaleza de la democracia liberal parecía incuestionable a finales del siglo pasado, especialmente tras el derrumbe del régimen soviético y sus países satélites, la situación actual plantea serios nubarrones que el mismo autor del mítico libro El fin de la historia y el último hombre, Francis Fukuyama, analiza en su último trabajo sobre los populismos identitarios.…  Seguir leyendo »

Adam Smith, uno de los padres del liberalismo, es recordado por una frase, recogida en su libro Una investigación sobre la naturaleza y causa de la riqueza de las naciones (1776), que dice lo siguiente: "Al perseguir su propio interés [el individuo] frecuentemente fomentará el de la sociedad mucho más eficazmente que si de hecho intentarse fomentarlo. Nunca he visto muchas cosas buenas hechas por los que pretenden actuar en bien del pueblo". Utiliza la celebre metáfora de la "mano invisible"; la que une la persecución del interés propio con el de la sociedad. Es la máxima exaltación del egoísmo: sirve a tu interés, ya que el de los demás se verá satisfecho como la consecuencia natural de aquel.…  Seguir leyendo »

Isaiah Berlin, 1980s

Liberalism is in crisis, we’re told, assailed on left and right by rising populists and authoritarians. The center cannot hold, they say. But if liberal democracy itself is under threat of collapse because of this weakened center, why are the great defenders of the “open society” such as Isaiah Berlin, Arthur Schlesinger Jr., Karl Popper, and Raymond Aron so little invoked? One would think that liberals today would be pressing back into service these robust thinkers of cold-war liberalism. But while not forgotten, their names are barely cited in contemporary political debates. One curious exception—that almost proves the rule, given its eccentric grounds—was when, last year, an Irish finance minister lauded Berlin for helping him deal with “the demands of corporation tax policy.” …  Seguir leyendo »

¿Para qué sirve el liberalismo?

Hay que saber aceptar la evidencia, sobre todo cuando es dolorosa. Así, en este momento, los partidarios del pensamiento liberal deberían reconocer que el liberalismo está en retroceso, discutido en todo el mundo por un neopopulismo que ha producido, entre otros, el independentismo catalán, el Brexit y a Donald Trump. No sirve de nada negar esta nueva ideología si no se comprende antes cómo ha surgido.

Es así: las ideas obedecen a ciclos históricos. En las décadas de 1970-2000 el liberalismo alcanzó su apogeo, difundiendo la democracia liberal, el crecimiento por medio de la economía de mercado y la globalización. El retroceso comenzó en 2008 con una crisis económica que nos hundió en la recesión y en la duda respecto a la eficacia de los gobiernos democráticos.…  Seguir leyendo »

El liberalismo cumple 175 años

En un reciente número, The Economist recuerda que en 1843, es decir, hace 175 años, James Wilson, un sombrerero escocés, fundó un periódico cuyo propósito era la libertad de comercio y de mercados y la reducción del papel de los gobiernos («limited government»). Desde entonces hasta hoy, esta ideología, como dice también The Economist, ha sido «la responsable del mundo moderno pero el mundo moderno se está volviendo contra ella». Es un magnífico y acertado resumen.

El liberalismo, aunque sigue siendo un factor decisivo en el mundo económico, está perdiendo fuerza en el terreno político ante la «irresistible ascensión» de los populismos nacionalistas, prácticamente en todos los países del mundo occidental, con la única excepción de Japón.…  Seguir leyendo »

Los liberales no podemos resignarnos a ver cómo Hobbes se impone políticamente a Locke todos los días. No podemos aceptar que el miedo venza a la libertad; que el orden y la seguridad desplacen al pluralismo y la tolerancia; que la democracia liberal mute hacia la democracia populista; que las multitudes y los oligopolios digitales arrollen a la persona; que el sentimiento silencie a la razón; que el nacionalismo —grande o pequeño, étnico, lingüístico o jacobino— suplante al cosmopolitismo; que el cesarismo se lleve por delante la institucionalidad, y, sobre todo, que la radicalidad fanática de los principios asfixie la moderación dialogante de los acuerdos.…  Seguir leyendo »

Giovanni Sartori debía estar un poco harto de la murga hegeliana acerca de las supuestas filosofías de la historia cuando escribió sarcásticamente que “el liberalismo sigue siendo la única ingeniería de la historia que no nos ha traicionado”. Pero era verdad. Esa humilde doctrina, que se cimenta en una observación tan simple como la de que todo poder tiende a causar miedo y sufrimiento a las personas pero que su supresión total es inviable y solo cabe embridarlo como a una bestia mediante normas impersonales y abstractas, esa humilde verdad es la que ha hecho posible el progreso de la humanidad.…  Seguir leyendo »

Uno de los axiomas del liberalismo era que la libertad es sinónimo de autoposesión inalienable. Cada uno era propiedad de sí mismo; podía arrendarse a un empleador por un tiempo limitado, y por un precio mutuamente acordado, pero el derecho de propiedad sobre uno mismo no se podía comprar ni vender. A lo largo de los dos últimos siglos, esta perspectiva individualista liberal legitimó el capitalismo como un sistema “natural” poblado por agentes libres.

La capacidad de delimitar una parte de la propia vida y mantener dentro de esos límites la soberanía y el autocontrol era fundamental para la concepción liberal del agente libre y de su relación con la esfera pública.…  Seguir leyendo »

Cuando era estudiante y fui por primera vez a Estados Unidos, en 1962, descubrí con estupefacción que allí el consumidor podía elegir entre varias compañías aéreas, con unas tarifas infinitamente más asequibles que en Europa. En Europa, en esa misma época, cada país contaba con una única compañía nacional, un monopolio que aplicaba unos precios elevados, lo que, de hecho, impedía que la gente humilde viajase. En la década de 1970, lo que me sorprendió por segunda vez en EE.UU. fue la posibilidad de escoger entre varias compañías telefónicas que competían entre ellas y, aquí también, con unas tarifas mucho menos altas que en Europa.…  Seguir leyendo »

La elección de Sebastián Piñera como presidente de la República de Chile, con lo que ello significa, sobrepasa los límites de este país. Se puede interpretar como una señal del repliegue general de las ideas populistas en el mundo hispano, desde el fracaso de los independentistas catalanes hasta Piñera, pasando por la estabilidad de Mauricio Macri en Argentina o la presidencia de Pedro Pablo Kucsynski en Perú. Evidentemente, debemos añadir a este cuadro el hundimiento en Brasil de los izquierdistas del Partido de los Trabajadores bajo el peso de su propia vileza y de su gestión desastrosa. En Venezuela, la razón acabará por prevalecer contra las locuras del chavismo y en Cuba, el castrismo ya no es más que una sombra de lo que era.…  Seguir leyendo »

Un diario chileno, especializado en asuntos económicos, me preguntaba hace poco qué pensaba de los excelentes resultados del crecimiento alemán y de la relación entre este crecimiento y la política de Merkel. Mi respuesta fue que la canciller alemana gobernaba bien porque gobernaba poco: los empresarios y los consumidores se inscriben a largo plazo cuando saben que el Estado no va a interferir continuamente en sus decisiones. Cuando leí esta entrevista en la página de internet de «Pulso», constaté la fidelidad de la transcripción, pero me sorprendió que el periodista considerara necesario calificarme de «economista liberal». ¿Por qué era necesario el adjetivo «liberal»?…  Seguir leyendo »

Cuando alguien me pregunta acerca de mi definición ideológica, que es casi lo mismo que preguntarle a uno por su cartografía moral y el orden de sus prioridades vitales y relacionales, me declaro liberal conservador. Esta definición, considerada por algunos como una contradicción –se puede ser liberal pero no conservador y viceversa–, es perfectamente coherente. El nexo de unión entre ambos conceptos, además del nexo histórico y propiamente español, se encuentra en la visión escéptica del hombre y del mundo.

El liberal conservador tiene especial apego por la tradición no por el hecho de ser pasado, sino porque llega a nosotros como un conocimiento actualizado, que sobrevive a los tiempos y pasa de generación en generación por su capacidad de adaptación y como marco interpretativo que da sentido al mundo de las cosas.…  Seguir leyendo »