Cuando la moción de censura llega de Europa
En el magnífico drama teatral Un hombre para la eternidad, donde se escenifica el conflicto entre un hombre de conciencia como Tomás Moro y el arbitrario poder absoluto de Enrique VIII, del que era consejero y amigo hasta su decapitación, hay una escena en la que aquel «hombre de todas las estaciones» se enfrenta al dilema que le traslada su yerno. Éste le apremia a que emplee su inmenso poder de Lord Canciller para deshacerse de un mortal enemigo y Sir Tomás Moro le aclara que, al no constarle que haya contravenido providencia alguna, estaba obligado a protegerle.
Al acusarle casi de hereje, le remarca: «Romperías la ley para castigar al Diablo, ¿verdad?».… Seguir leyendo »