La irrelevancia moral del pasado
Defendía en un artículo anterior que, en un país que cuenta con una lengua común, la política lingüística no puede legítimamente obligar a nadie el conocer otra lengua que esa, sin perjuicio del apoyo público que quiera darse a la conservación voluntaria de la lengua vernácula. Los doctores Pérez Lozano y Morales Gálvez critican mi tesis y me dan la oportunidad de profundizar en el debate.
Un cierto aseo procedimental: no jugar al nominalismo. Lo digo porque mis críticos afirman que, si utilizamos con propiedad los términos, hoy en día a nadie se le "obliga" a aprender la lengua vernácula. Observación tan cierta como banal: obligar en sentido jurídico estricto no se obliga a nadie.… Seguir leyendo »