El retorno del mandarinato
Aunque hay precedentes históricos desde hace 30 siglos (la historia del Imperio Chino es muy larga), la gobernanza de China se confió, a partir del primer emperador Song, Taizu, en el siglo VII, a altos funcionarios que llegaban a su puesto mediante rigurosos exámenes, en los que no cabía ni el origen ni la clase social, sino los conocimientos. Eran los mandarines, cuya imagen se asocia a la última dinastía -Quing- de origen manchú, por su indumentaria y su gorro típico de esa región, en el noreste de China.
Una auténtica meritocracia que, en teoría, garantizaba una buena gobernanza administrativa (la política se la reservaban los emperadores, con un poder absoluto y omnímodo), pero que, como toda casta privilegiada, también protegía y ampliaba sus propios intereses.… Seguir leyendo »