Ambiciosa aventura
Como ya hiciera con el Kursaal de Rafael Moneo y el MUSAC de Mansilla y Tuñón, el premio Mies van der Rohe ha vuelto a reconocer la capacidad de la arquitectura, de un sólo edificio, para desplazar el centro de gravedad de una ciudad. La Ópera de Oslo firmada por el estudio Snøhetta es la primera pieza de una operación que transformará completamente la lectura y el uso de un enclave que quiere reivindicarse a sí mismo como Fijord city. Y es que, como tantas ciudades desarrolladas a espaldas del mar, Oslo depositó en las riberas de su fiordo las instalaciones portuarias cerrando a sus habitantes el contacto con el agua.… Seguir leyendo »